Capítulo 87/2

¿Era mi imaginación o de repente todo el mundo daba vueltas?
Harry y yo seguíamos con la mirada fija, con más deseo que nunca, o al menos por mi parte.
Mi cabeza estaba hecha un lío ahora mismo.

Con una voluntad que yo no controlaba, levanté la mano y le aparté unos rizos mojados a Harry de la cara. Noté como su respiración se alteraba con el simple toque de mis dedos.
Sentí como sus manos me acorralaban en la cintura y me acomodaban sobre el colchón. Él se impulsó un poco, hasta colocarse mejor sobre mí, y yo rodeé su cuerpo con mis piernas.
Pasé los brazos por encima de sus hombros hasta llegar a su espalada, la cual empecé a acariciar.
En ese momento yo no era capaz de controlar mis movimientos.
Harry inclinó la cabeza hacia abajo, con dirección mi cuello.
Se acercó más, rozando sus cálidos labios contra mi piel, provocando que mi cuerpo se cubriese de descargas eléctricas.
En cierto momento, dejé escapar un suspiro tirando a gemido, o yo que sé que era, pero que provocó lo suficiente a Harry como para que clavara sus dientes en mi cuello.
Yo... Yo solo quería que me besara de una vez por todas.
Estaba perdida.
Él me perdía.

Harry continuó sus senda de besos hacia mi mandíbula, haciendo ligeras paradas de vez en cuando.
Poco a poco se iba acercando más a mi boca, y los nervios eran palpables en mi.
Justo cuando le faltaban milímetros para llegar, separó un poco la cara.

- Eres preciosa - dijo casi en un susurro.

En casi un segundo pasé sus manos por su pelo, y tiré de su cabeza hacia abajo.
Su labios hicieron presión sobre los míos, una bendita precisión, pero que a penas duró unas milésimas de segundo, pues noté algo vibrar bajo mi culo.

'Mierda...' pensé.

Metí la mano y saqué mi teléfono móvil, que al parecer había estado ahí todo el tiempo.
Harry se separó un poco, unos cuantos centímetros, pero aun así era demasiada distancia para mí.

- ¿¡Qué!? - contesté al teléfono de una manera borde.
- ¿Megan? - Ay la hostia.
- ¿¡Jake!? - Harry se incorporó un poco mirándome con una cara de confusión.
- Sí, soy yo. Ya he llegado.
- ¡Hostias! - lo había olvidado. Venía hoy y se supone que hoy iba a recogerle al aeropuerto - Lo siento, lo siento, lo siento, se me ha olvidado.
- No pasa nada.
- Si me das veinte minutos estoy ahí.
- No, tranquila. Cogí un taxi.
- Joe, lo siento, de verdad. Se me pasó.
- No pasa nada, en serio. Ya estoy en casa y estoy agotado. Vaya dos semanas más duras.
- Bueno, pues ahora a descansar
- Sí. ¿Qué tal tú?
- Eh yo bien. Un poco movido el día pero bien.
- ¿Y qué era lo que estabas haciendo ahora que ha hecho que te distrajeses?
- Harry... ¡Digo ver una peli! Sí, ver una peli con Harry.
- ¿Está ahí contigo?
- Em sí.
- Salúdale de mi parte.
- Vale. - me separé el teléfono de la oreja y miré a Harry - Saludos de parte de él - dije susurrando. Él frunció el ceño.
- Bueno, me voy a dormir que tengo un sueño tremendo.
- Okey, ¿quedamos mañana para comer?
- Sí, claro. Hasta mañana. Te quiero.
- Y yo. - respondí finalmente y colgué.

Harry ya no estaba encima mío. Ahora estaba de pie  mientras se colocaba la toalla que inocentemente se le había bajado un poco.

- Em... Yo como que me voy yendo. - dijo. No, yo no quería que se fuera. Pero era lo mejor. Antes casi engaño a mi novio. Lo de que hubiese llamado justo en ese momento era una señal. Asentí levemente.

Me puse de pie y cogí la camiseta ancha que guardaba debajo de la almohada y que utilizaba como pijama. Me vestí con ella y luego esperé a Harry en el cuarto, el cual había ido al baño para vestirse con su ropa y la camiseta de Jake.
A mi no me hubiese importado que se cambiase delante mio...

Al poco rato salió y yo me acerqué a él. Le acompañé hacia la puerta, ambos sin decir nada. Es que, ¿qué íbamos a decir?

'Hola, hemos estado a punto de acostarnos de nuevo pero nada, de tranquis, hagamos como si todo fuera bien'.

Mmm no.

- Oye Megan... - empezó a decir - lo de antes...
- Un arrebato - dije antes de que se dijese algo innecesario.
- Sí, eso mismo quería decir, un arrebato. Es que estabas en ropa interior... Las hormonas...Y también que es que llevo mucho sin hacer...
- Harry - le corté - No quiero saberlo - y era la verdad. No quería saber desde hace cuanto no copulaba.
- Mejor. Bueno, adiós.
- Adiós - abrí la puerta. En ese momento ninguno sabíamos qué hacer. ¿Serían apropiados dos besos? ¿Uno de nuestros típicos abrazos? ¿O qué? Al final él se acercó y me dio un beso en la mejilla. Después se fue. Pero antes de desaparecer por el rellano, se giró.
- Ah, y bonita camiseta - me sonrió y esta vez sí que se fue.

Miré hacia abajo y me fijé en la camiseta.
Mierda.
No me acordaba de que me había quedado su camiseta de Nirvana y que ahora la utilizaba cómo pijama.
Me sonrojé involuntariamente.
Vaya día más movidito...

Pero de algo estaba segura. 
Lo que había pasado con Harry, no había sido un arrebato.







*NARRA LIDIA*

- Venga, despierta, Lidia, despierta. - oí la voz de Niall retumbando en mis oídos.
- No Niall... Quiero dormir - volví a cerrar los ojos y me acomodé en la almohada.
- Los cojones. Tú hoy vas a la universidad.
- Joe... - me levanté perezosa y agarré la mano de Niall quien me guió hasta la cocina. - Oye, no recuerdo haber llegado hasta el cuarto de invitados y quedarme dormida ahí.
- Es que ayer, sobre las cuatro de la tarde, te quedaste dormida sobre el sofá, y te llevé a la cama.
- ¿Llevó más de doce horas dormida? - asintió - Joe...
- Ya, un nuevo récord. Mira, he hecho huevos con bacon - me tendió un plato y empecé a comer.
- Oye, ¿qué hora es?
- Las siete y media.
- ¿Tan pronto?
- Tienes universidad.
- Ah coño, es verdad. ¿Pero cómo voy a ir si no tengo mis cosas?
- Ayer pasé por casa de Megan y te traje los libros, ropa, esas cosas vuestras femeninas...
- Tampones y compresas.
- Sí... Tampones y compresas - dijo con una cara de horror. Yo me reí. Después me centré en mis pensamientos y la felicidad poco a poco se me fue yendo.
- No quiero ir a la universidad... No me encuentro con las ganas suficientes. No me atrevo ni a salir a la calle.
- Ey - Niall se puso de pie, anduvo hacia mí y me abrazó - Él no va a estar en la universidad, y lo más probable es que no le vuelvas a ver, ¿vale? - asentí. Me separé de él y tomé aire.
- Ya está. Sigo hacia delante. No más Adam. Él no merece mis lágrimas.
- Asi me gusta, y que sepas que nadie merece tus lágrimas - le miré como diciendo: "¿en serio, Niall, en serio?" Pero no era plan de empezar a remover ahoraa temas del pasado asi que daba igual.
- Bueno, me voy a la universidad. 
- Te llevo.
- Como quieras.
- Por cierto, esta tarde no hagas planes.
- ¿Por?
- Te dije que iba a enamorarte, ¿no? - puse los ojos en blanco.
- Tranquilo que yo no hago planes.
- Mejor. Bueno, vámonos que no quiero que llegues tarde por mi culpa.





Salí de clase a la hora de comer, con los nervios por las nubes, pues Niall no me quería decir nada de lo que tenía preparado para mí.
A saber lo que se le había ocurrido... Conociéndole...

Cogí el móvil y vi que tenía dos mensajes. El primero era de Megan diciéndome que en algún momento tenía que hablar conmigo y contarme cierta cosa, y el segundo era de Niall, diciendo que me esperaba fuera de la universidad.

Me encaminé rápidamente hacia la salida y me encontré con un chico con polo blanco, jersey azul marino, pantalones beige, unas Supra a juego con el jersey, unas gafas de sol y un gran pelo rubio.
Obviamente Niall.

- Hola irlandés.
- Hola española. Te noto más animada.
- Es que estoy nerviosa por saber qué me has preparado.
- Ya verás...

Nos metimos en el coche y empezó a conducir. Durante varios minutos estuvimos hablando sobre nuestras cosas, que si había visto a Megan, que qué al, la mañana, las clases, etc. Lo normal.
Después, Niall aparcó en una zona que me conocía muy bien.
Estaba al lado del río Támesis, y teníamos plena vista de la gran noria que había.

- Te estarás preguntando por qué estamos aquí.
- Pues sí, la verdad - dije.
- Antes de salir, vinimos aquí, ¿verdad?
- Sí, el día de The Londos Dungeon - mientras íbamos andando hacia la noria. 
- Ese mismo. Pues pensé que podríamos revivir muchos de los buenos momentos que tuvimos antes de salir, como si todo fuese desde el principio - sonreí inconscientemente.
- Niall eso es increíble.
- Ya sabes que por ti, cualquier cosa. - me cogió de la mano y nos paramos frente a la gran atracción. No tuvimos que esperar cola pues parece ser que él ya lo tenía todo preparado. Vi que varias cabinas pasaban, pero no nos subíamos.
- Niall... ¿no nos vamos a subir?
- Aún no. No ha llegado nuestra cabina todavía.
- ¿Nuestra cabina?
- Sí, mira, ¡es esa! - entramos en una que a simple vista parecía una normal, pero en su interior había una cesta y un mantel sobre la cosa esta que había para sentarse. - Bien, tenemos una media hora para comer, contemplando Londres, ¿te parece bien?
- Me parece... ¡Me parece perfecto! - yo aun seguía de piedra por todo esto. Nadie me había organizado algo tan bonito como eso. Bueno, hubo alguien que me organizó algo mejor... Y ese fue Niall, con el viaje a Nueva Zelanda.
- Ven, siéntate en el suelo conmigo y comemos - le hice caso y me puse junto a él - Toma, un sándwich de pollo al curry y otro de pavo con manzana, tus favoritos - se los cogí con una sonrisa y después me acerqué a él para darle un beso en la mejilla.
- Te acuerdas de mis favoritos.
- Claro que lo hago. Soy Lidiectioner, ¿recuerdas? - le miré frunciendo el ceño.
- ¿Lidiectioner? - estallé en risas - Por Dios Niall, es malísimo.
- Sí, pero que te ha encantado.
- Cállate rubio.

Estuvimos los primeros minutos haciendo bromas, como siempre hasta que en cierto momento él se levantó y se pegó al cristal.

- ¡Lidia, ven! - me puse de pie de un salto y me acerqué a él.
- ¿Qué pasa?
- Mira - noté como se ponía detrás mío y me dejaba en medio de sus brazos, que desembocaban en el cristal. - ¿Ves ese edificio de ahí que tiene muchos cristales y parecen espejos?
- Eh sí.
- ¿Qué hay en lo alto del todo?
- Pues... Más cristales y... Una cosa blanca.
- Muy bien. Ahora ponte esto - me puso algo en la mano y lo vi. Eran unos prismáticos - Mira a través de ellos. 

Así hice y apunté hacia donde estaba aquel edificio. Busqué aquella cosa blanca. Resulta que era como una gran pancarta con un mensaje. Me fijé en lo que estaba escrito con grandes letras verdes.
Pero no... 
No podía ser... Era demasiado bonito como para ser verdad.

NIDIA

"LOS KOALAS Y LOS LEONES 

ESTÁN DESTINADOS A ESTAR JUNTOS"

Me giré a Niall, que me miraba satisfecho por su trabajo.

- Niall... No sé qué decir.
- Con saber que te gusta, me basta.
- No me gusta - su cara cambió al segundo - Me encanta.- me acerqué a él y le di el abrazo con más ganas que había dado nunca.





De nuevo el coche paró.
Después de lo de la noria, que para mí había sido algo bestial, Niall me dijo que aún quedaba una última sorpresa.
Yo le dije que no hacía falta, pero como era tan cabezota decía que me prepararía mil y un cosas más con tal de que volviésemos a estar juntos antes del sábado.
A mi no es que no me gustasen esas sorpresas, es más, me encantaban y me hacían darme cuenta de que era más perfecto de lo que es, pero es que... Las cosas no eran tan fáciles.

Cuando el coche paró, miré a Niall.

- ¿Reconoces esta calle? - me preguntó.
- Sí, está cerca de la residencia.
- Cierto, pero eso no es lo esencial. - empecé a pensar. ¿Qué pudo haber ocurrido en aquella calle? Pues ni idea.
- Niall... No me acuerdo.
- Te acordarás dentro de poco, pero antes - metió la mano en la guantera - ponte esto. - me pasó una cinta de color negro para que me tapase los ojos.
- Veo que no has perdido tu manía por lo de no ver las cosas, ¿eh?  - dije mientras me lo ponía.
- El señor Horan nunca cambia - oí como abría su puerta del coche y luego la cerraba, después abría la mía y me ayudaba a salir.
- Niall, me das miedo. - dije.
- ¿No eras tú la que no tenía miedo a nada?
- Anda, cállate - le solté.

Andamos durante unos tres o cuatro minutos, yendo hacia no sé donde, pero siempre agarrada a Niall, que me guiaba para que no me desviase.

- ¿Falta mucho?
- No.
- ¿Falta mucho? - pregunté de nuevo a los veinte segundos.
- Pareces el burro de Shrek, ¿lo sabías?
- Tú intentado enamorarme y me llamas burra... Muy bonito.
- Menuda pesada... - dijo, pero a la vez se reía por lo bajo - Ya hemos llegado. ¿Preparada? - asentí con mucho ímpetu.

Noté las manos de Niall deshaciendo el nudo que esta en la parte de atrás de mi cara. 
El pañuelo se iba deslizando poco a poco sobre mi cara.
Miré lo que había enfrente mío, pero no vi nada, pero se me ocurrió bajar la cabeza y entonces fue ahí cuando descubrí todo.
El corazón me dio un vuelco y mis ojos se abrieron de par en par.
Me tuve que tapar la boca con una mano para evitar gritar de emoción.
Ahora sí que me acordaba de esa calle.

Lo que había en el suelo eran nuestras siluetas, las mismas que las del año pasado, pero más marcadas, mucho más, y estaban pintadas por dentro con varios colores, formando como un mosaico.
En la zona del corazón de cada dibujo, había una Letra. En el de la derecha una N y en el de la izquierda una L.
Pero espera... 
Cuando hicimos el dibujo inicial, yo estaba en la derecha, y Niall en la izquierda.
Y eso significaba que o Niall se había equivocado con las letras...
O que había tenido la maravillosa idea de colocar la letra del otro en el corazón de cada uno, mostrando un bonito mensaje.
Yo ya sabía qué era lo que había pasado con las letras, y provocó que me emocionase más de la cuenta.

Los brazos de Niall arroparon mi cintura, abrazándome, apoyando su cabeza en mi hombro, mientras en mi estómago algo revoloteaba a mil kilómetros por hora.

Definitivamente esta era una de las cosas más bonitas que me habían hecho jamás.

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Jelooou:)
Es chachi este capítulo eeeeh?
Una cosa antes de nadaaa. En el capítulo anterior, al final de este, había una frase como "ducha, Harry ducha, entra en cuarto, casi beso" o algo asi.
Pues era como un esquemilla de lo que tenía que escribir para acordarme, que se me coló pro accidente.
Doy gracias a mi amiga Rosa por recordarmelo.
También aviso que este miércoles no subo. 
¿Razón? Necesito u poco de aire y organizarme un poco ese día.
¿Que os quejáis? Me la suda.
je.
Y después de eso la semana seguirá normal que siempre.
Bueno, eso es todo. 
Feliz día 22 de abril. Quedan 253 días para que acabe el año, y hoy hubiese sido el 421º cumpleaños de Wilhelm Schickard.
¿Que si sé quién es? Pues no, pero venía en wikipedia y me hacía ilu ponerlo.
Bueno, un besazo y más de los mismo que vosotras ya sabéis. :):):)