3.3.13

Capítulo 59


*NARRA MEGAN*

- Es... Estamos encerrados - le dije por primera vez en estos siete días mientras él me seguía mirando fijamente.

No reaccionaba, se quedaba ahí parado como si nada.

- ¿¡Pero quieres hacer algo!? - le espeté.

Nada. Me seguía mirando, casi sin pestañear, de pie en su sitio como una estatua. 
¿Pero este es tonto o se lo hace? 
Si quería que las cosas se solucionasen, estaba ganando puntos en sentido contrario.

- ¡Harry! 

Lo único que hizo fue agachar la cabeza. Me giré hacia la puerta y la pegué un puñetazo con todas mis fuerzas. 
¡Joder! Me había hecho daño, daño de verdad. Ahora no podía mover los dedos. Es que soy estúpida. No debí aceptar lo de Lidia de "hacer limpieza a la buhardilla". Es que aparte de estúpida, gilipollas. Lo debí de haber supuesto. Vaya mierda de todo.

Me paré a contemplar la habitación mientras me sujetaba la mano. Intenté evitar la mirada de Harry que seguía igual que antes. 
La sala estaba perfectamente ordenada, asi que eso daba por sentado que todo esto lo habían preparado los demás. En el centro había una mesa con una pizza en ella. Uf, lo que menos me apetecía ahora era comer.
De repente el dolor de la mano me cegó. ¿Qué conchas me había hecho al pegar a la puerta?
Me olvidé de la habitación, de Harry, de la pizza y de todo y me senté apoyándome en la pared.
Cerré los ojos y me dejé evadir por un silencio que me calmaba un poco el dolor. 
Pero la pregunta era, ¿qué me dolía verdaderamente? ¿La mano, o algo en mi interior?
Hostia puta, qué difícil es eso de sincerarse con una misma y descubrir qué es lo que tienes mal.

- Dame la mano. - oí que me decía Harry.

Abrí los ojos y ahí estaba, a medio metro de mí, agachado. A su lado tenía una jarra de agua, que no sabía de donde la había sacado.
Tan cerca, sintiendo su aliento, su respiración.
Tan cerca, con esos ojos verdes que no se apartaban de mí.
Tan cerca, mirando sus labios que disparaban mi pulso a cien.
Tan cerca que me hacían olvidar todo.
Sacudí levemente la cabeza e intenté controlar mis instintos.

- No - le dije a modo de respuesta.
- Dame la mano - insistió.

'Sí, no me contestas antes, no haces nada, pero ahora pretendes que te de la mano, ¿no?' pensé. Ni de coña.

- Que he dicho que no Harry, joder que estoy bien, no me he hecho nada, déjame en paz.
- Dame la mano - volvió a decir pero esta vez mucho más serio, demasiado.

Para hacerle callar, le tendí la mano sin mirarle, apartando la vista.

- Megan, estás sangrando.

¿Enserio? No me había fijado, la verdad, demasiado concentrada en Harry, en el dolor, en yo qué sé qué que no me había percatado de aquel fino río de sangre que partía de mis nudillos y descendía hacia abajo.

- No... No lo sabía - dije con un hilo de voz.

Harry hizo una mueca peculiar con la boca, que no supe interpretar y cogió la jarra. Metió la mano y echó unas pequeñas gotas de agua sobre la sangre, pero no daba mucho resultado. Finalmente se vio obligado a verter el líquido sobre la zona afectada, aunque mojase todo lo que pillase a su paso. Pero eso sí, la sangre ahora estaba mucho más dispersa que antes, aunque aún seguían amaneciendo ligeras hebras de ella.

- Mueve este dedo - dijo indicándome el dedo índice. Eso hice, dentro del margen en el cual podía moverlo, y solté un pequeño quejido de dolor. Lo hice con los demás dedos y el mismo resultado. - No es grave, solo un golpe. Lo que te duele de verdad son las heridas de los nudillos que al flexionar los dedos tiendes a tirar de la piel y abrir la hemorragia - me quedé anonadada. No sabía que Harry supiese en plan cosas de medicina. Aunque bueno, para saber que si movía los dedos se me abría la herida no hacía falta ser un Einstein. Harry volvió a volcar la jarra sobre mi mano, dispersando de nuevo la sangre recién liberada. 

De repente veo como se aparta y se empieza a levantar la camiseta. ¿Pero qué narices hace? 
Aunque no le dije nada para que parase, pues como toda mujer embrujada bajo el encanto de Harry Edward Styles, me encantaba verle con el pecho descubierto.

Me quedé embobada con su torso mientras él enrollaba su camiseta en mi mano. Levantó la vista y creo que me pilló mirándole porque soltó una risa traviesa.

- ¿Encuentras la gracia a algo, eh Harry? - le dije haciéndome la sueca y con un poco de bordería.
- Es que me divierte ver como te quedas empanada mirándome.
- Imbécil... - susurré por lo bajo.
- Te he oído. - dijo en el mismo tono.
- Ala, ya está, ya me has curado, ahora vete a tu posición, sin decir nada, ni hacer nada, simplemente incordiando.
- De eso nada - dijo mientras se sentaba al lado mío - Ven.
- Ni de coña.
- Dios que cabezota eres.

Pasó un brazo por mi espalda, obligándome a que me recostase sobre él, apoyando mi cabeza sobre su pecho desnudo. Me cago en la leche. Cuando rozaba su piel miles de explosiones surgían dentro de mí, provocando que mi corazón fuese a cien. No podía evitar sentirme así junto a él. Es como si pudiese manejarme, porque en el fondo sé que siempre estaré rendida ante él, que su magia me abarca de tal manera que no puedo estabilizarme y ser responsable de mis actos.

'Porque estamos enfadados, que sino no me podría controlar y le daría un buen revolcón ahora mismo' pensé.

De repente Harry empezó a acariciar mi pelo, entrelazando sus dedos uno a uno entre mis rizos, mientras empezaba a cantar 'Wish You Were Here' de Pink Floyd. 
Oh mierda, él sabía que esa canción era mi debilidad, que me desvivía por ella.
Y si él me la cantaba, con su voz orgásmica y además me está acariciando mi pelo pues como que no, que yo no puedo así, demasiado calor se concentra de repente en mí.
En un momento, Harry dejó de cantar. Me preguntaba qué es lo que le había hecho parar.

- No te... - empezó a decir - No te contesté porque por un momento no sabía qué hacer. Demasiados días separado de ti, sin hablar, pensando en qué decirte cuando llegase el momento, que cuando llega, se me borra todo de la mente de repente. A lo mejor no te lo crees, o sí, quién sabe, pero estos días han sido una tortura para mí. Estar enfadados creo que es uno de los peores castigos que podría tener - sonrió levemente mientras yo escuchaba, enamorada de sus palabras - Megan, no puedes llegarte a imaginar lo mucho que te quiero. Es tan extremo, que ni yo mismo puedo expresarlo. - ya está. Todo dicho. No necesitaba más que unas pocas palabras para dejar el enfado atrás.
- Lo siento. - dije finalmente.
- No, lo siento yo. - suspiró - Siempre que te veo cerca de un chico sufro porque pienso que igual que me has enamorado a mí, lo podrías hacer a él. Y pensar en si un día te pierdo... Creo que no podría llevarlo. Cada vez que me besas, o me abrazas, o simplemente me sonríes, me haces el chico más feliz de la Tierra al saber que esos gestos van hacia mí. Pero es que te puedo llegar a querer tanto que incluso a veces no quiero compartirte con el resto, sino que simplemente seamos tú y yo, y sé que eso es algo que tengo que aprender a llevar. - volvió a suspirar. Yo ya no sabía qué pensar, ni qué decir, ni nada. Me había quedado sin expresiones en el cuerpo - Cuando me enteré de que Zayn y tú os besasteis, no fue el beso en si lo que me dolió, sino el saber que te hice tantísimo daño que llegaste a besar a otra persona que no era yo. Y eso, si te soy sincero, me mata por dentro.

Ahora él esperaba una reacción mía, la que fuese, una palabra, sonrisa, gesto, lo que fuese. Pero necesitaba que reaccionase de alguna manera.
Siguiendo mi cabeza, mi corazón, mi cuerpo, mis ganas y mi todo, acerqué su cara a la mía y me permití rozar sus labios, que había estado prohibidos durante estos siete días. Primero fui poco a poco, saboreando el momento, dejando que un escalofrío surgiese en mí por cada centímetro que recorría de su boca. Parece que él notó lo mismo, pues en unos segundos, me encontraba sentada a horcajadas suyo mientras profundizamos ese beso tan necesitado y por lo tanto, deseado. 
Era increíble que un simple roce de labios, pudiese tener tanto significado.

Nos separamos con el corazón alterado, y con la necesidad de coger aire. Apoyé mi cabeza en su pecho, aún desnudo, siendo acunada por sus brazos.
Y me dejé llevar por él, quedándome dormida con su cuerpo por manta, mientras él terminaba de cantar mi canción favorita.




- ¡Megan! ¡Harry! ¡Despertad!

Una voz me hizo abrir los ojos y salir de ese estado de nirvana que Harry y yo compartíamos mutuamente. 
Vi dos grandes ojos azules y otro par de color ocre que nos miraban a nosotros.
Eran Lidia y Niall.

- ¿Qué ha pasado?- pregunté.
- Quedan cinco minutos para el cumple de Lou. - Ostris, es verdad. Entre tantos altibajos se me había olvidado.
- ¿Hemos dormido durante tanto tiempo? - ellos asintieron.
- Y por vuestra postura, parece que lo habéis arreglado - dijo Niall.
- Puede ser - contesté sonriente.

Ambos nos levantamos y fuimos hacia la puerta.

- Oye Harry, ¿por qué estas sin camiseta? - preguntó Lidia.
- Y Megan, ¿a ti qué te ha pasado en la mano? - complementó Niall. 

Harry y yo nos miramos cómplices compartiendo una de esas sonrisas que decían todo.

- Algún día os lo contaremos - respondí, mientras Harry me cogía de la mano sana y dejábamos el caso de la camiseta desaparecida y el accidente de mi mano en un misterio.

-----------------------------------------

JEEEELOOOOUUU! I'me heeere! a que es super bonita la reconciliacion entre Harry y Megan? Y además con la canción de Pink floyd de fondo, que si alguien no la ha escuchado aún, puede pinchar aquí y hacerlo Wish You Were Here - Pink Floyd y es que es de estas canciones que cuando una la escucha se enamora y eso, que es perfecta
ahora deciros gracias a mis lectores, a mis once seguidores, a mis hobbits que me comentan y eso que miles de gracias señores, que se les quiere a millones.
Y también aviso que voy a entrar en la semana de exámenes y eso implica que lo más seguro es que algún día no pueda subir, y creo que va a ser el martes. Lo siento, pero así es la vida de una estudiante que compagina todo con una historia.
Millones de besos y aqui están los gifs de Niall Horaaaaan (mostrando lo que le hace más adorable, que es su inconfundible risa)




6 comentarios:

  1. siiiiiiiiii al fin pero quiero mas lidiall o nidia ehhhh

    ResponderEliminar
  2. Diosssss, me encanta la historia! Muchisimas gracias por escribir así de bien, enserioooo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ANONIMOO TE QUIERO!
      ajajajja gracias a tiii por leeer hombreee ajajajaj

      Eliminar
  3. Menos mal que se soluciono todo!
    Yo también tengo toda esta semana de exámenes...:( Pero bueno, a hincar el codo Jajajajaja
    Me encantan los gifs, son adorables, y en todos sale riendo, Jajajajaja
    Un beso....Marii:))

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay Mari me has comentado! ajajaja te juro que cuando veo un comentario tuyo me da un vuelco el corazon ajajajjaja
      yaaa, examenes caca:(
      siiiiiiiii! los gifs son un amooor y es que la riza de niall es buaaaah adios bragas ajajajajja
      besooooooooooteeeees:)

      Eliminar