18.2.13

Capítulo 50


- ¿Qué dice? ¿Qué dice? - pregunté ansiosamente.

No respondió. Seguía petrificada debajo del marco de la puerta.

- ¡Brigitte! - la gritó Megan - Reacciona.
- Eh...- bajó la cabeza de nuevo para mirar ese chisme y después balbuceó una palabra que no conseguimos entender.
- ¿Qué? - dijimos Megan y yo a coro.
- Rosa... Pone rosa... - contestó la otra.
- ¡Rosa! - dije - ¿Qué significa el rosa?
- Eh... No sé, no... No me acuerdo. Viene en la caja, las instrucciones.
- Vale, ¿y dónde está la caja? - pregunté.
- En la basura de la cocina.
- ¿Por qué tiras la caja a la basura? - le oí decir a Megan mientras yo iba a por la cajita esa.

Cuando vi el resultado me quedé sin habla, sin poder decir nada. ¿Cómo se lo tomaría? ¿Cuál sería su reacción?
Me acerqué a donde estaban ellas, que me miraban exaltadas.
Bibi puso los ojos de tal forma que me "preguntaba" lo que significaba aquel color.
Yo negué la cabeza y sonreí finalmente. 

- ¡Tía, que no estás embarazada! - chilló hiperactiva Megan mientras daba un abrazo a la otra, que estaba que ni se lo creía.
- No... No... No lo estoy - Bibi sonrió mientras se le irritaban los ojos, de felicidad obviamente, y pasaba una mano por su vientre.
- Solo ha sido un retraso - dije para calmarla. Ella asintió y sonrió felizmente, mientras algunas lágrimas caían.
- Esto hay que celebrarlo - propuso Megan - ¡Compras!
- No hay cosa que me agrade más - dije.
- Eh... si- comentó Bibi - Estaría bien. Necesito despejarme un poco. Todo esto ha sido un shock para mí. No sabéis cómo lo he pasado.
- Nos lo imaginamos, pero ya hemos visto que no es nada y que no hay por qué alarmarse. Olvidemos lo ocurrido y ya está.
- Y llama a Zayn en algún momento eh - la dijo Megan.
- Claro. Pero oye, chicas, de esto nada a Liam, por favor. Prometédmelo.
- Promesa del meñique - dije mientras le tendía tal dedo de la mano derecha y ella lo correspondía.
- Promesa del meñique - repitió Megan haciendo lo mismo.

Fuimos a prepararnos, que no nos llevó más de veinte minutos pues queríamos adentrarnos ya en el mundo de la moda de los centros comerciales. 
Salimos a la calle y fuimos andando hasta la parada de bus.
Bibi no decía nada, pero era de esperar. Todo esto había sido como algo muy raro, dificil de explicar. Para ella fue muy duro pensar que quizás, en el interior de su cuerpo de 17 años, había un ser creciendo, sin haberse casado con él padre y sin ser ni mucho menos mayor de edad.

- Oye chicas - dijo Brigitte hablando por primera vez.
- ¿Sí? - dijo Megan.
- Si en verdad estuviese embarazada y acabase teniendo el bebé, ¿creéis que Liam y yo seríamos buenos padres?
- Mmm, ¿Daddy Direction y Mama Direction? - dije - Obviamente los mejores.





Estábamos derrotadas. Llevábamos toda la mañana yendo de tienda en tienda. Habíamos entrado en todas, hasta en las de bricolaje, daba igual, era una tienda más. Teníamos las manos llenas de innumerables bolsas, pues ya que era una ocasión especial, hicimos un gasto extra. A Bibi ya se la notaba más animada. Habíamos conseguido que el tema embarazo pasase a un segundo plano.
Comimos en un restaurante italiano de ahí y luego nos fuimos a un Starbucks. Entre risas, historias y demás se nos pasó la tarde.

- Oye, ¿qué hora es? - pregunté.
- Las cinco y... treinta y siete - contestó Megan.
- ¡Mierda! ¡Tengo que preparar lo de Niall! - dije.
- ¿Qué de Niall?
- Mmm... Sorpresa sorpresa...
- Venga Lidia - rogó Bibi - cuéntanoslo.
- Vale - tomé aire y empecé a contarles todo el plan que había preparado para mañana por la tarde, pues venían esta madrugada. Parece que la idea les gustó pues pusieron buena cara.
- Ay Dios, le va a encantar - dijo Bibi.
- Sí, sobretodo la sorpresa final.
- Bueno, pues eso - dije levantándome - Que voy a preparar todo lo de mañana. - les di un beso en la mejila a cada una y se despidieron de mí. Salí del centro comercial y fui a mi primera parada, no sin antes pasar por la residencia para dejar todo y cambiarme de ropa.

Ahora que lo pensaba, vaya semana de altibajos y de todo. Esto parecía una sucesión de olas, que subían y bajaban, cada una con su cosa. Estaba dirigiéndome hacia el centro de Londres mientras pensaba en lo de Brigitte. ¿Y si se hubiese quedado embarazada? Tenía seguro que Liam hubiese sido un padrazo que te cagas, y que hubiese apechugado con la situación y al fin y al cabo, se hubiese enternecido con la noticia. Porque eso de pensar que tú mismo has creado un ser, que va a crecer, que va a tener su vida, que va a enamorarse, a vivir la vida a su manera, como que no sé, a uno le llega.
¿Y yo y Niall cómo influiríamos? Seríamos como los tíos, siempre caro que durásemos para siempre y no rompiésemos.
'Ay no, Lidia, no pienses esas cosas.' pensé. 'En tu cabeza está una vida futura con Niall y con una hija'
Me repetía a mí misma eso para evitar pensar en si habría un momento en el que Niall y yo... Pues eso.
'¡Sal de mi cabeza malditos pensamientos so mamones!'
Venga, ya, olvídalo...
Pero luego estaba lo de la gira, que al final no eran seis meses, sino ocho... Ocho meses sin Niall... Hostia puta cabrona hija de la gran perra.
¿Y yo qué hago durante ocho meses?
Genial, va a ser difícil sacarme todos esos pensamientos de mi cabeza.




Terminé de concertar todo lo que necesitaba para mañana. Había cogido de la residencia la ropa para el instituto de mañana y todos los libros. Ahora me encontraba en casa de Niall. Habíamos llegado a la conclusión de que como ellos llegaban a las 5 y media, estarían más o menos en casa a las siete de la mañana, por lo que para no provocar tanto ajetreo, nos veríamos por la tarde. Pero lo que no sabía Niall es que yo iba a estar en su casa cuando él llegase. Había utilizado para abrir la puerta la llave de repuesto que se encontraba si levantabas ligeramente la letra 'N' de Niall que había en la fachada.
Subí a su cuarto, y después de veinte minutos de mucho esfuerzo, conseguí montar lo que quería.
Esto me recordó a cuando estuvimos en Madrid...
Sí, le iba a encantar, lo sabía.
Miré el reloj. 
Eran las diez menos cuarto. ¿Tan tarde ya? Jope, se me había pasado super rápido el día.
Me preparé una pequeña cena con las cosas que encontré en la despensa de Niall, ya que en la nevera había bien poco y cené. Después eché la llave a su cuarto, para que cuando llegase, no pudiese entrar y viese la sorpresa y adiós plan. Asi que guardé la llave y me fui a dormir a la habitación de invitados, donde caí rendida ante Morfeo en menos de cinco minutos.



Un ruido me despertó. Joder, ¿quién se pone a hacer ruidos a estas horas? Cogí mi BlackBerry y miré la hora. Las seis cuarenta y cinco. ¿De la mañana? Sí Lidia, claro que de la mañana, ¿qué si no? Quedaban quince minutos para que sonase la alarma que anunciaba la hora a la que supuestamente me tenía que levantar para ir al instituto, asi que como ya estaba despierta, desactivé la alarma.
Pero en breves reaccioné.
¡NIALL!
Me levanté de la cama de un salto y miré lo que llevaba puesto. Una camiseta ancha y lo demás piernas y braguitas. Bah, da igual. Lo que no haya visto ya...
Y me fui corriendo hacia el salón, que tenía la luz encendida, pero no había nadie. 
¿Dónde narices estaba aquel rubio irlandés tan guapo?
Cuando empecé a pensar que quizás habían sido cosas de mi imaginación, oí algo proveniente de la cocina.
Cogí un paraguas como arma. Porque seguramente sería Niall, ¿pero y si era algún violador madrugón? Quién sabe.
Me dirigí a la cocina paraguas en mano. Me adentré en ella, sin ver persona alguna, hasta que me percaté de que había alguien de espaldas a mi, cara a cara con la nevera.
A ver, polo rojo, pantalones beige tirando a blanco, gorra azul marina casi negra puesta dada la vuelta de los Yankees... Sí, definitivamente Niall.
Solté el paraguas al suelo y él pareció oírlo pues se dio la vuelta.
No le dejé decir nada, ni mostrar reacción alguna, pues ya estaba yo para correr hacia Niall y de un salto subirme a él, al igual que un koala.

- Dios, Lidia, que susto me has dado - me dijo a la vez que sonreía.
- Sí, es la primera de mis muchas sorpresas.
- ¿Primera? ¿Sorpresas? - asentí- ¿Cuano?
- Esta tarde, cuando me recojas del instituto.
- Ah, ¿que encima te tengo que recoger? - dijo frunciendo el ceño.
- Ala, por decir eso te quedas sin sorpresa - aparté la mirada haciendo que estaba enfadada. Él se rió.
- Oye, ¿tú me has saludado, dado un beso, decirme que me has echado de menos y tal? - sonreí para mis adentros.
- Pues no, porque has empezado a hablar y hab... - no me dejó acabar pues me calló juntando su boca a la mía y dándome un gran beso de bienvenida - ¡Niall! No me gusta que me cortes cua... - Otro beso - ¿Pero me estás esc...? - Y otro. Le tapé la boca con la mano para que no pudiese hacer nada más, pero él me la chupó - ¡Niall! ¡Qué asco!
- ¿El qué? ¿Esto? - dijo mientras me hacía una chupada de vaca en la mejilla. 
- ¡Niall! ¡Te odio!
- ¿Te acuerdas de lo que pasó cierta vez en la que me dijiste que me odiabas? - la ducha. Nuestro pimer beso. El momento pederasta... No pude evitar sonreír.
- Como para olvidarme... Pero eso no evita que esté enfadada. Bájame - le ordené divertida.
- Me da que no.
- Uy, irlandesito, mejor que no te metas con una sádica fan de Destino Final y Saw, eh...
- Oh, que miedo.
- Va, lo has conseguido. - me acerqué a él mordiéndole fuertemente (pero no mucho) el cuello mientras él se quejaba de dolor. Me separé orgullosa de lo que le había hecho. - Ya está. Marcado.
- ¿Qué? - frundió el ceño - ¿Cómo que marcado?
- Mírate en el espejo. - anduvo conmigo encima hacia el espejo que había en el salón mirándose el cuello.
- Oh, no creo. - dijo mientras observaba la gran marca roja que le había dejado en el cuello debido a un gran chupetón-mordisco - Eres una bruta.
- Tú te lo has ganado.
- ¿Y ahora qué voy a hacer yo con esto - señaló la zona - aquí?
- Pues presumir de novia. De que es muy salvaje, apasionada...
- Sí, apasionada te voy a dar yo - reí.
- Oh, que mi Simba se pica - no contestó - Ahora sí que sí, bájame que me tengo que cambiar parair al instituto - me bajó.
- ¿No te podrías quedar conmigo hoy? - hizo pucheros.
- No, imposible, ya falté ayer.
- ¿Y por qué faltaste? - mierda. No le podía contar lo de Bibi.
- Mmm, cosas de mujeres.
- Uy, entonces yo no me meto, que vuestras cosas son muy estresantes.
- ¡Oye! - le pegué levemente en el hombro y se pasó la mano por ahí, fingiendo que le dolía. Yo me acerqué a él sonriendo y le di un largo beso, al que él me correspondió. - Me voy a vestir, ¿vale? - aintió - que ha este paso no llego a clase.

Me fui hacia la habitación de invitados y me di una pequeña ducha en el baño de esta. Después, al salir, empecé a ponerme las prendas que había traído para hoy. Al rato apareció Niall en el marco de la puerta.

- Mmm, Lidia, ¿por qué la puerta de mi habitación no se abre? - Ay, se me había olvidado decírselo. Me lo imagino desesperado preguntándose por qué no se abe. Me reí ante este pensamiento.
- Tiene el cerrojo echado.
- Vale, ¿y dónde está la llave?
- La tengo yo.
- Pues dámela.
- No. 
- ¿Por qué?
- Porque es parte de la sorpresa.
- Miedo me das - reí - ¿Y qué voy a hacer sin poder entrar a mi cuarto durante todo el día?
- Pues aguantarte. 
- Joe, Lidia...
- No te quejes, que te va a gustar.
- Ya, ya...
- Bueno Nialler, me voy a clase, ¿va? - asintió - no te enfades mucho conmigo - reí y le robé un beso. Después sonrió.
- ¿A qué hora te recojo?
- Pues a la de siempre, ya sabes - asintió. - Y mientras duerme, que lo necesitas por el viaje.
- ¿Pero dónde, si no puedo entrar a mi cuarto?
- Pues en el de invitados - dije mientras iba hacia la puerta. Oí que se quejaba de algo. - Adiós Niall, te quiero - le dije abriendo la puerta.
- Te odio - gritó, pero de broma claro está. Y salí de ahí sonriendo. ¿Era posible querer tanto a una persona?





- Ya estoy aquí - le dije a Niall subiéndome al coche por el lado del copiloto.
- Muy bien, señorita. - sonreí - Tú me guías. Yo no sé a donde ir.
- Pues ve hacia el London Eye.
- ¿Vamos a subir a la noria recordando aquel genial día que pasamos en el centro?- dijo entusiasmado.
- Mmm no, pero eso es una buena idea, un día lo repetimos, ¿va? - asintió. - Pues rumbo hacia la noria.

Llegamos ahí en quince minutos. Durante todo el viaje Niall me estubo preguntando que a dónde íbamos, y sobre lo que había dentro de su cuarto. Pero yo no le decía nada. Niall aparcó en una calle cercana a la noria, como le dije y después nos bajamos. Le cogí de la mano mientras él se ponía la capucha y las gafas de sol para no ser reconocido, a ver si había suerte, y tiré de él hacia una zona pegada al río Támesis dónde había ciertos barcos.

- ¿Vamos a subir a uno? - no le contesté, solo le sonreí y le guié por una pequeña rampa que daba a parar a la cubierta de un barco blanco, ni muy grande ni muy pequeño. Ahí, nos esperaba un hombre de unos cincuenta años.
- ¡Arthur! - le saludé dándole un abrazo - Este es Niall - les presenté y se dieron la mano - Arthur es el dueño del barco - le dije a Niall.
- Tiene usted una novia encantadora, muchacho - le dijo el hombre.
- Ya, tengo mucha suerte. - dijo Niall pasándome un brazo por los hombros.
- Bueno, ¿partimos? - Preguntó Arthur.
- Por supuesto.

Llevábamos al menos diez minutos en aquel barco. Niall se entretenía mirando el paisaje a través de los bordes de la cubierta. Parecía un niño pequeño en una tienda de dulces. Me acerqué a él, interrumpiendo su momento.

- Bueno, ¿qué? ¿Te gusta?
- ¿Que si me gusta? ¡Me encanta! - me abrazó. - ¿Cómo se te ocurrió esto?
- Pues no sé, pensé que ya era hora de sorprenderte.
- Pues lo has hecho. - me dio un pequeño beso.
- Pues este es solo el principio.
- ¿Sabes qué? Esta es la primera vez que doy un paseo por el Támesis en barco.
- ¿En serio? - asintió. - Pues me alegro de que tu primera vez sea conmigo - frunció el ceño y me miró raro - Vale, eso ha sonado mal - reí. - Ven, vamos a comer. 

Le cogí de la mano y le llevé al interior del barco, que consistía en una no muy grande cabina con varios asientos. Cogí una mochila y le tendí una hamburguesa.

- ¿Hamburguesa? - me dijo.
- Sí, ¿Por qué? ¿No te gusta?
- ¡Claro que sí! ¡Me parece super original! - sonreí. 
- Pues mira, se me acaba de ocurrir una metáfora - dije.
- Cuéntame.
- Tú eres como este barco y la hamburguesa - se señaló a sí mismo - Sí, tú. Pues mira, eres como este bonito barco, que representa tu parte de ser famoso y conocido y rico y tal. - sonrió - Pero la hamburguesa representa cómo sigues siendo, es decir, ese chico sencillo de Mullingar que canta muy bien. - sonrió aún más.
- Me encantas, ¿lo sabes? - se fue acercando a mí y yo cerré los ojos, dispuesta a besarle, pero ese beso no llegó. Es más, Niall se concentró en mi cuello. - Ala, ya estamos en igualdad de condiciones - dijo riendo.
- ¿¡Me has hecho un chupetón!? - le pregunté alterada - Él asintió orgulloso y divertido. - Va, pues me pico. - Hice amago de levantarme pero él tiró de mi mano, provocando que me cayese sobre él, a cinco centímetros de su boca.
- Oh, que mi Simba se pica - dijo repitiendo las palabras que había dicho hace unas horas en su casa.
- Déjame en paz, so canalla - él rió ante mi comentario y rápidamente me robó un beso - ¿Te he dicho que me beses?
- Ah, ¿asi que ya no quieres que te bese nunca más? Pues muy bien.
- Ey, vaquero, que yo no he dicho eso - y tras estas palabras, me lancé a él para besarle.

Pasamos como una media hora más en aquel barco, hasta que Arthur llegó de nuevo al punto de partida, que daba por finalizado el trayecto. Nos despedimos de aquel amable hombre y fuimos de nuevo hacia el coche. 

- Gracias por todo esto, de verdad- me agradeció Niall.
- Ey, que aún no ha acabado. - nos subimos al coche - Venga, yo te indico cómo ir. Está un poco lejos, a media hora. Pero es que era el sitio más cercano. - me miró confuso pues no sabía a qué me refería. 

Le guié por varias calles, autopistas, autovías, etc. Me había estudiado el camino gracias a Google Maps. Me sentía orgullosa de mí misma.
Le dije a Niall que parase el coche en un lugar de la periferia. Enfrente nuestro había un gran recinto, con un edificio rojo, blanco y negro. Detrás de este, residía un circuito, pero claramente, no se veía pues lo tapaba el edificio.

- ¡Me has llevado a los Karts! - gritó eufórico Niall. - No me lo creo... - en un abrir y cerrar de ojos me abrazó y me dio un intenso beso. - Pero espera. El barco, los karts... ¿Cuánto te has gastado?
- Lo necesario si es por ti - tiré de él - Veeeeenga, vamos.
- ¿Cuánto?
- Ains, que plasta, ¿o quieres quedarte sin kart? - rápidamente cambió la cara y se me unió a mí.
- Vale, pero hacemos un trato.
- ¿Cual pequeño Simba? - rió.
- Koala - marcó la palabra - Si yo gano, me dices lo que hay en mi habitación.
- ¿Y si gano yo?
- Eh... No sé, te llevo a dónde quieras.
- No, ya sé. Si gano yo, esta noche que vamos a cenar todos en casa de Zayn, te presentarás con un bikini. 
- Pero... eh... No tengo bikini.
- Pues te dejo yo uno, que alguno habrá por tu casa.
- Eh... Lidia, no creo que esté equilibrado...
- Vamos, me estás diciendo que ya das por sentado que va a perder. - le dije para picarle. Él me fulminó con la mirada.
- Bikini. Trato hecho - Dijo mientras me tendía la mano y yo se la correspondía.

Entramos en aquel edificio, blanco por dentro con decoración de coches, carreras, y tal. Nos dirigimos a la recepción donde les informé a los que trabajaban ahí sobre la reserva que hice ayer a esta hora, las cinco de la tarde. Nos dieron unos monos, y cada uno se fue al vestuario correspondiente según el sexo. Me vestí con aquella prenda, que resultó ser un poco difícil, pues iba bastante pegada al cuerpo. Cuando salí, Niall ya me estaba esperando.

- ¿Dispuesto a perder? - le dije.
- Ya claro, eso dirás cuando me estés contando lo que ahí en esa habitación.
- Por supuesto machote, pero que vayas depilándote las piernas para el bikini.
- Más quisieras - dijo poniéndose el casco y sentándose en su kart. Yo hice lo mismo.

Antes de arrancar aquel coche, miré a Niall por última vez. Él también me miraba pues tenía la cabeza girada hacia mí. Quedaban unos segundos para que nos diesen la entrada. Pero yo, como muy lista que soy, apreté el acelerador fuertemente y salí disparada, dejando a Niall atrás, quien tardó en reaccionar.
Aquel circuito estaba basado en muuuchas y muuuuchas curvas, que provocaban algún que otro derrape. Teníamos que dar cinco vueltas.
Cuando íbamos por la última, Niall y yo íbamos codo con codo, los dos al lado, compitiendo por el primer puesto. Nos quedaba un cuarto de aquella vuelta y tuve una idea.
Decidí retrasarme un poco de forma que Niall fuese primero y yo detrás. Cuando estaba pegada a (metafóricamente hablando) su culo, apreté de nuevo el acelerador, pillando a Niall por sorpresa y por lo tanto empujando su kart. Con una maniobra, conseguí que su coche se desviase, dándome a mí ventaja y vía libre para la meta, dejándome como vencedora y Niall como perdedor.
Me levanté de aquel móvil triunfante y me quité el casco, ondeando mi pelo exageradamente mientras Niall se acercaba.

- Espera, ¿quién ha sido el perdedor? - dije riéndome.
- No vale, has hecho trampas - dijo serio. Oh Dios, Niall Horan, con un mono de conductor de Ferrari, con el pelo agitándosele por el viento, sus ojos brillando y el casco sujetado entre su brazo derecho y su costado. Madre mía, sexo para los ojos.
- Bikini... - le susurré.
- No me lo voy a poner, has hecho trampas.
- Sí que lo harás. - me acerqué más a él.
- No, tramposa. - esta vez fue él el que se acercó.
- Sí. - más cerca.
- No.- más cerca.
- Un trato es un trato. - ya casi pegados.
- Vale, pero solo la parte de arriba - me agarró de la cintura y me miró con sus ojazos azules. ¿Cómo no resistirse?
- Venga... Vale... - le dije. Iba a acercarme a besarle, pero rápidamente me cogió como un saco de patatas.
- ¡Niall! 
- Te aguantas. - le agarré del pelo y tiré. - ¡Au! Bruta...
- Te aguantas - dije imitándole y se rió, contagiándome a mí su risa. Y así, felices, volvimos de nuevo a casa.



Estábamos enfrente de casa de Harry. Niall llevaba unos vaqueros azules, y en la parte superior, vestía una cazadora negra. Debajo de esta no llevaba nada más que un sujetador rosa mío. Al final no encontré bikini, por lo que se tuvo que poner mi ropa interior.

- Vamos Niall - le dije sonriendo - Llama al timbre. - este llamó fulminándome con la mirada por el ridículo que le iba a hacer pasar. Megan apareció tras la puerta.
- ¡Hola pequeña hobbit! - me saludó cariñosamente - Y hola Niall - se abalanzó para abrazarle - Uy, ¿no tienes calor con esta cazadora? - le preguntó provocando que me riera.
- No Megan, no tengo especialmente calor - dijo Niall volviendo a fulminarme con la mirada.
- Venga, pasad al salón - nos invitó Megan.

Nos adentramos en la casa y tras cruzar el recibidor llegamos al salón. Vi a Liam, Louis, Zayn y Harry (por este orden exactamente) sentados en un sofá riéndose por yo qué sé qué. Corrí hacia donde estaban y de un salto me dejé caer sobre ellos. A los pocos segundos se estaban quejando de dolor.

- ¡Os he echado de menos chicos! - les dije aún sin apartarme.
- Y nosotros a ti, señorita - dijo Liam - pero levántate que me estás aplastando la pierna.
- Sí, por favor - se quejó Zayn.
- ¡A mí me estás tirando de los rizos! - gritó Harry pues una mano mía había pillado su pelo con el sofá.
- Pues yo estoy cómodo, si digo la verdad - dijo Louis provocando que me riese.
- Tú eres un caso especial, Lou. - Me fui a incorporar, pero de repente noté a cómo alguien se tumbaba bruscamente encima de mí provocando más quejas por parte de los chicos. Unos cabellos castaños me tapaban los ojos - ¡Eleanor! - girté alegremente. Con todas las fuerzas del mundo, me volteé, que dando cara a cara con ella, pero aún sobre los chicos.
- Hola, amor - me dio un gran beso en la mejilla.
- ¡Oye que seguimos debajo! - se quejó Zayn.
- ¿Podríais practicar vuestras acciones lésbicas en otro sitio?- dijo Liam.
- No, no, que se queden - dijo Louis con cara de embobado.
- Señor Tomlinson, usted es un cerdo - se quejó su novia dándole un cariñoso golpe en el brazo. Después esta se levantó y a los segundos, repetí yo esta acción. Rápidamente me acordé de algo.
- ¡Niall! - le grité. Estaba sentado en el suelo hablando con Bibi. 
- ¿Sí?
- Eh... ¿No sabes que es de mala educación estar con la chaqueta dentro de casa? - dije para hacerle rabiar.
- Mmm, creo que no. Se puede llevar. No pasa nada, ¿verdad Zayn?
- Pues... - dijo este.
- Sí, Niall, es de mala educación - contestó Liam, que no sabía nada del tema pero se intuía algo extraño.
- Claro Niall, ¿cómo osas llevar la cazadora aquí? - añadió Harry. Todos miramos a Zayn.
- Ya sabes tío - dijo refiriéndose a Niall. - El populacho manda.

Niall dijo algo entre dientes y me fulminó más aún que antes con los ojos. Si las miradas matasen, yo ya estaría bajo tierra en una tumba. Hice un esfuerzo por contenerme la risa. Niall empezó a bajarse la cremallera, sin llegar aún a la ropa interior, pero yo no pude más, estallé en una carcajada. Al poco tiempo se me unieron todos los demás, y es que la cazadora de Niall yacía ya en el suelo. Este se cruzó de brazos intentando taparse.

- Pero Niall - dijo Bibi entre risas - ¿qué haces así vestido?
- Sabía que llevabas lo de travesti en el alma - añadió Louis.
- Es que... - dijo Niall - Me ha ganado a los karts...
- Ah, ¿que encima, tú eres el que sabe conducir y ella te ha ganado? - dijo Liam haciendo que Niall se pusiese más rojo aún. 
- Pobrecito - le dije - Que está muy guapo - me acerqué a él y le di un beso en la mejilla. - Esta noche, voy a quitarte el sujetador a bocados - le dije divertida con voz de machote camionero, provocando que nos empezásemos a reír.
- Oye, Niall - dijo Zayn de repente - ¿Qué es eso rojo que tienes en el cuello? ¿Algo te ha dado alergia? - y de esta forma volví a estallar en una carcajada mientras me ganaba otra de las miradas mortales de Niall.

Pasamos un buen rato en casa de Zayn. Cenamos todos juntos unas pizzas que habían encargado, mientras los chicos y Eleanor nos contaban con todo detalle las experiencias en Nueva York. Por lo que contaban parecía alucinante. Ojalá hubiese estado ahí y pudiese haber visto la cara de felicidad de todos por haber llegado hasta donde han llegado. Y es que actuar en el MSG, para la carrera de una celebridad, es algo muy importante que destacar. 
Cuando ya estaba todo más que contado y más que redicho, Niall me cogió de la mano y me puso en pie.

- Bueno, amores míos - dijo hablando para todos - Ha sido una velada memorable pero Lidia tiene que enseñarme una cosa. Si no os importa, nos vamos a retirar.
- Enseñar, enseñar... - dijo Louis - Tú lo que quieres ya es acción, so vicioso - dijo haciendo a la vez un movimiento pélvico y provocando que todos se riesen.
- Louis, de verdad, el día en el que un médico te recite pastillas, entenderé el sentido de la vida - le dije para después darle un beso el la mejilla. Seguidamente me despedí de todos y junto con Niall salimos por la puerta.
- Anda que eres impaciente, eh - le dije mientras andábamos hacia su casa.
- Tengo curiosidad, nada más.

Entramos en aquella acogedora casa y rápidamente Niall tiró de mí hacia las escaleras. Las subimos en unas milésimas de segundo, pues Niall estaba que no paraba. Vaya novio más ansioso tenía. Llegamos a la puerta de su habitación y se quedó parado.

- ¿Qué? ¿No entras? - le dije irónicamente.
- La llave, so lerda - me contestó.
- Ey, conmigo menos. ¿A que no te abro? - le amenacé de broma.
- Vale, lo siento. Amor mío de mi alma, luz de mil estrellas, estela de la luna, reflejo de Venus, ¿podrías hacer el favor de abrir la puerta YA? - me reí ante su reacción. Estaba desesperado por ver lo que había dentro.
- Vaaale, pero cierra los ojos.
- Pe...
- Ojos cerrados - le insistí.
- Jope... - se quejó y me obedeció.

Abrí con cuidado la puerta y le guié por el cuarto. Después le obligué a tumbarse en a cama, aún con los ojos cerrados.

- Lidia... Me estás asustando ¿sabes? A saber que vas a hacerme...
- Calla, anda, que ya queda poco.

Me tumbé a su lado en la cama, después de cerrar la puerta, apagar las luces y bajar todas las persianas, y le cogí de la mano.

- Ya - le susurré en la oreja mientras él abría los ojos.

Miraba asombrado el techo, y los ojos adoptaron un brillo especial. Sabía que le iba a gustar. ¿Pero qué digo? A encantar. 
En el techo brillaban más de cuatro docenas de estrellitas. Él mismo, en Madrid, exactamente en mi cama, me dijo que su sueño era tener de esas estrellitas puestas en su habitación, y yo, ya que él ha cumplido todos mis sueños, decidí realizar el suyo para más o menos, irme poniendo a su altura.

- ¿No vas a decir nada? - le dije sonriendo.
- Que te quiero infinito más uno.

Se puso encima mío y se acercó poco a poco para darme un beso. No fue un beso apasionado ni salvaje, tampoco es lo que estábamos buscando. Fue un beso dulce y calmado, que robaba el tiempo suficiente para transmitir todo aquello que no podíamos expresar con palabras, ya que era algo inexplicable.
No lograba entender como él, uno de los mejores chicos del mundo, podía estar con una simple chica como yo. Con la de millones de chicas guapísimas que hay por ahí, y tuvo que fijarse en mí. 
No sé si esto fue un golpe de suerte, si fue el destino o si se alinearon todos los planetas y hubo un colapso en el transcurso de la vida.
¿En serio? ¿Niall Horan con una chica como yo? Vamos, es que esto es como una de estas historias imaginarias que escribiría una directioner en un blog.

- ¿En qué piensas? - dijo al notar que había estado callada después de acabar ese genial beso.
- Niall, sigo sin entender por qué yo, que es lo que me hizo más especial que los demás. A veces pienso que nunca podré recompensarte, porque tú has hecho mis sueños realidad. Y no sé... Todos los chicos preferirían estar con una modelo guapa y perfecta que con una chica como yo, con defectos por todas partes. - noté su mirada en mí, clavándose intensamente. Con una mano apartó un mechón de pelo de mi frente.
- Lidia, no vuelvas a pensar eso, porque para mí, ya fuiste especial y única desde el primer momento que te vi. Y ya me recompensas cada día con el simple hecho de quererme y de estar a mi lado. Tú si que eres mi sueño. Eres mi felicidad, mi vida, mi todo. No quiero a una modelo, yo te quiero a ti, con cada uno de tus defectos, que hacen que seas más perfecta aún de lo que eres, si es posible. Y si los demás chicos piensan lo contrario, pues mejor. Lidia enterita para Niall Horan - sonreí. ¿De verdad me había dicho esas palabras? ¿De dónde sacaba todo eso que le hacía sumamente adorable e imposible de odiarle? Cada segundo que pasaba, un segundo más que me entregaba entera a Niall James Horan y a todo su mundo. Porque si estoy con alguien, que sea él. Nadie más. 
- Niall, te quiero.
- Y a ti, pequeño koala. Aunque a veces no te lo creas.

Esto dio paso se nuevo a los besos, pero no como los de antes. Estos si que eran intensos y apasionados, estos si que iban a lo que iban. Y la verdad, es que ninguno de los dos iba a frenarlo. Nos sentíamos tan bien juntos que ya era como una costumbre entre nosotros. 
Dicho esto, nos volvimos a unir en cuerpo y alma bajo las estrellas.

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Pues aquí estáaaa! Debéis saber que este es el capítulo mááááás largo que he escrito en mi vida así que recompensa dada.
Que lo disfruteis, que comenteis, que deis publicidad y que me sigáis de una vez por todas alma mías!
PD: mi mente trastornada y yo llegamos a la genial idea de como yo soy muy friki del Señor de los Anillos, mis lectores serán mis queridos hobbits.
 Eeeeeh, gran idea eeh?
Bueno, fuera tonterías
Que es, que gracias por todo:)

10 comentarios:

  1. Jajajajajajajajajajaja es el mejorr capitulo!
    Me he "artao" de reír =D
    Jajajajaj, bueno que eso, que sigas así y que me encanta como escribes y gracias por hacer esta novela, y que si se acaba esta, que sigas haciendo otra, porque estoy segura que te leería mucha gente;)
    Un beso...Mari
    PD: cuantos años tienes y de donde eres?

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    1. jajajajaja buaah me encantan tus comentarios enseriooo!
      me alegro de que te encante, de que lo pases bien leyendo, etc, que eso es lo importante.
      Y tranquila que aún queda mucho para que acabe. Habrá segunda temporada y todo!
      Pues tengo catorce escasos y miseros añitos y soy de los madriles españoles:):)
      besooootes:)

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    2. Jajajaja a mi me encanta como escribe:)!
      Me alegro un montón de que haya segunda temporada de verdad!!
      Yo también tengo catorce años...jajajaja y soy de jerez, Cádiz:)

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    3. jajajaja:) pues la segunda temporada es.... GRAVY GRAVY!
      ajajajaj para mí, sinceramente, será mas interesante que la primera, pero bueno, para eso esta! para mejoras cada vez mas:):)
      me gusta Cadiz! Veraneo ahi!!

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  2. Holaaaa! Soy una de esas lectoras fantasma y e decidido presentarme como una lectora que ama tu novela porque es perfecta!! Espero el siguiente capitulo impaciente.
    Ahora que digo lo del capitulo me gustaria que me avisaras cuando subas, si no es mucha molestia claro bueno decidas lo que decidas te dejo mi twittah
    @Esther_Alles3
    Graciaaas! Y sigue asi :))

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    1. Me ha molado eso de lectora fantasmaaa jajajaja!
      pues gracias por comentar:3 se agradece la verdad!
      vavava yo te aviso, a lo mejor un día se me olvida, porque así soy, viviendo en Wonderland y como que se me pasan las cosas, pero yo lo inteto ajajjaja
      Y además te voy a seguir, por toda la face:)
      bueno que eso, que graciaaas:)
      besoootes:)

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  3. lidiussss soy rrosaa(rosula) he llegao al final cabronaa ya me iras avisando.-
    PS muuuuy bien va :D

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  4. EEEY RRRRROOOOOOOUUUUUUUSSSS:) ajjajaja eres de las primeras del cole que me comenta ajajajja
    pues me alegro de que te gustee
    y cada día, uno nuevo, salvo la mayoría de los viernes y algún que otro día suelto por ahí
    besooootes y graciaaas:)

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  5. Yo soy su fan numero uno. Nena sin duda es de lo mejor que has escrito , esta genial creeme lidia joe cada dia me sorprendes mas pequeña te adoro mil. Sigue asi y no cambies mi pequeñ friky.
    De tu little directioner que te quiere trillones.
    KEEEEEVIN HOY LA HE VISTO JAJAJAJAJA.

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    1. jajajaja
      NEREEE QUE TE QUIERO A MILES VAAA?
      que bueno, que lo de siempre, que me encanta que te encante y que viva la pepaaa! FAN #1 jajajajajaj
      YO VEO A KEVIN TOOOOODAS LAS MAÑANAS EN MI VENTANAA! WEHEEE:) ajajajjaja

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