10.2.13

Capítulo 44


*NARRA MEGAN*

Nos separamos jadeantes. Mi cabeza se repetía infinitas veces: 'Le quiero. Le quiero. Le quiero'. Y lo mejor de todo es que esta vez no tenía miedo de que lo supiese, que confiaba en él, que sabía que no me haría daño.
Me apartó el pelo, poniéndolo detrás de mi oreja, y me dio un pequeño beso en la frente, para después volver a acorralarme en sus brazos. Definitivamente el frío se había ido. 

- Ya echaba de menos estas cosas - dijo provocando que sonriese como una tonta - Bueno, ¿y esa sonrisa? 
- Porque soy feliz.
- Espero ser yo el culpable de ello.
- No, es Louis, que se acuesta conmigo para ponerte celoso - ironicé - ¿Pero tú eres tonto?
- Y sobre todo, lo que más echaba de menos, era tu bordería mañanera. - dijo sonriendo.
- ¿Alguna queja?
- ¿De ti? - juntó su frene con la mía - Ni aunque buscase durante toda mi vida encontraría una sola queja de ti. 

Le miré profundamente a sus ojos verdes esmeralda. Eran los ojos más bonitos que podrían existir en este mundo, de verdad. Estos me cautivaban, me volvían loca, me hacían sentir única. Transmitían una luz especial, cargada de alegría, de felicidad, y sabía que era por mi. 
Acerqué mi mano a su pelo y enrollé mis dedos en unos de sus rizos. Él rozó su nariz con la mía, a la vez que cerraba los ojos. Con la otra mano le sujeté de la nuca, a la vez que me incorporaba y dejaba de estar apoyada en su pecho, sino cara a cara encima de él.
Con los ojos aún cerrados, condujó sus manos a mi cintura, agarrándola suavemente y provocando que mi cuerpo de irguiese un poco hacia él. 
Fui juntando poco a poco mi cabeza a la suya, y cuando casi iba a rozar sus labios, le confundí dirigiéndome a su cuello y dándole un pequeño beso, que hizo que gruñese delicadamente.
Me reí por lo bajo y él me apretó más contra su cuerpo. La mano que tenía en su pelo la bajé a su mejilla, acariciándola levemente y pasando mi dedo pulgar por sus labios. Rocé con mi boca estos, para acabar mordiendo el inferior. Él se estremeció. Me resultó gracioso estas muestras que mostraba, aún con los párpados bajados.

- Megan, como sigas así voy a acabar haciéndote el amor salvajemente aquí mismo, y me dará igual si alguien nos ve o no. - me dijo torciendo su sonrisa hacia un lado.
- Impaciente. - dije riendo.
- Tardona.
- Irritable.
- Frustrante.
- Depravado.
- Preciosa. - volví a sonreír.
- Adorable.
- Increíble.
- Sexy.
- Y a mucha honra - dijo abriendo los ojos por fin.
- Dios, eres tonto.
- Que si, que si. ¿Pero qué haces que aún no me has besado?
- Uf, me irritas. - dije por último antes de lanzarme sobre él para besarle.



Abrí los ojos y me encontré con los suyos mirándome. Sonreí instintivamente. Podría despertarme todas y cada una de las veces mirándole. Sería perfecto para mí.
Me había quedado dormida, pues después de darnos un largo beso, me recosté sobre él y los ojos se me fueron entrecerrando, mientras él me peinaba mis rizos con sus manos.

- ¿Sabes que estás super guapa cuando duermes? - me dijo dándome un beso en el pelo.
- ¿Has estado mirándome todo el rato?
- No tenía otra. Estabas encima mío y no me dejabas salir.
- Oh, muy bien muy bonito... Tranquilo que ya me levanto - fingí tener un pequeño enfado. Me levanté e hice amago de andar hacia la casa.
- Ey Megan, que era broma - dijo Harry incorporándose. Rápidamente me di la vuelta y me tiré sobre él, aplastándole. - Oh... - emitió a modo de dolor.
- Ya sabía que era broma - sonreí.
- Estas tú muy distinta. Antes no eras tan juguetona y traviesa.
- ¿Doble sentido?
- Sabes que sí - sonrió pícaramente. - Ahora enserio, te noto distinta.
- ¿Para bien o para mal?
- Siempre para bien.
- Mejor. Es que ahora no podría ser más feliz. 
- ¿Y si te conviertes en la chica más rica del mundo? - negué - ¿Y si viene Brad Pitt y te pide matrimonio? - negué sonriendo - Mmm, ¿y si te regalan todo el helado del mundo de Ben & Jerry's?
- No, no y no. - Me acerqué más a él - Nada, y digo NADA me podría hacer más feliz en este momento.
- ¿Y si te diese un beso?
- Mmm, habría que hacer una excepción. - sonreí tontamente mientras él me daba un suave y corto beso, pero sin duda uno de los mejores.





*NARRA LIDIA*

- ¡Liam! - grité sintiendo presión sobre mí - ¡No, Zayn no! - más presión - Solo falta que venga Lo... ¡Era broma Louis! ¡Me vais a dejar sin respiración!

Me encontraba tumbada en el sofá, con aquellos tres chicos apilados sobre mí aplastándome a lo bollo. Joder que brutos. ¿No había otra forma de despertarme mas que esa? Me cago en la leche. Me iba a quedar sin aire en breves, lo presentía. No, es broma, en realidad podía respirar perfectamente, lo único malo es que esos tres zopencos pesaban como mulas.
Giré la cabeza, deseando encontrarme con su mirada. Y así ocurrió. Estaba él de pie, a unos dos o tres metros de donde me encontraba yo. Se pasaba una mano por el pelo y la otra la mantenía firme apoyada en su cadera. Me miraba persuasivamente y yo me dejé invadir por sus ojos azules. Por un momento olvidé que tenía unos doscientos kilos o más encima mío. Pero cuando Louis intentó hacerme cosquillas reaccioné.

- ¡No!... Louis, para - dije entre risas. Este paró pero ninguno se apartó de encima mío. Volví a mirar a Niall -Oye, Horan, que tu también puedes formar parte del bollo eh, que no muerdo. - Tanto Zayn como Liam como Louis se rieron por lo bajo, a saber por qué... Lo que se les podría pasar por la cabeza ese momento.
- Eh... yo... Me voy a la cocina. - se dio la vuelta y se echó a andar hacía ahí, provocando desconcierto en mí.

Con una fuerza inhumana que saqué de no sé donde, me incorporé bruscamente, tirando a los chicos que estaban encima mío al suelo.

- Mi culo... - dijo Louis pasándose la mano por este.
- ¡Con lo grande que lo tienes debería haber hecho la función de amortiguador! - dijo Liam poniéndose de pie.
- Ah... Así que te fijas en mi trasero, ¿eh? - Zayn estaba riéndose en el suelo. Yo le seguí la risa.
- Ya está el desayuno - dijeron Bibi y Eleanor apareciendo por el salón con una gran fuente de tortitas. Niall iba detrás de ellas, comiéndose una.
- Ele... Liam dice que tengo el culo grande - dijo Louis fingiendo estar triste. Su novia le abrazó por la espalda y le dio un beso en la mejilla.
- Pero aún así es el culo más bonito del mundo. - añadió ella.
- Oh, Dios, dejad esos comentarios para después - comentó Bibi mientras Liam le pasaba un brazo por la cintura. Todos nos empezamos a reír.
- Oye, ¿y Megan y Harry? - pregunté.
- Conociéndoles, seguro que están discutiendo o haciendo guarradas. - dijo Louis.
- Eres un caso aparte, ¿lo sabes, verdad, Louis? - dijo Niall sentándose en un sofá y cogiendo otra tortita.
- Pero me amáis - comentó el otro.

Comenzamos a tomar el desayuno. Bibi y Eleanor habían preparado más de veinte tortitas para todos. No quiero ni pensar en la hora a la que se tuvieron que levantar para cocinar todo eso. También teníamos zumos de distintas frutas. Adoraba el zumo, podría alimentarme toda la vida solo de ello, especialmente del de manzana. Niall y yo fuimos los que más tomamos, puede que llegase a ser ocho tortitas cada uno o por ahí. Sí, una bestialidad tremenda.
Me percaté de que solo quedaba una en el plato, y fui a cogerla, pero parece que Niall tuvo la misma idea, y al ir a atraparla se chocaron nuestras manos, provocando que surgiese un gran escalofrío en mi cuerpo y que se me erizase todo el cuerpo.

- Eh... Tómatela tú - le dije.
- No, no, para ti, que yo ya he tomado muchas.
- Pues igual que yo. Insisto, para ti.
- Que no, que no. Que te la doy.
- Si queréis me la como yo - comentó Louis provocando que los demás se riesen menos Niall y yo que le fulminamos con la mirada.
- Lidia, para ti, te la debo - dijo Niall poniéndome la tortita en el plato.
- ¿Vas a disculparte a base de tortitas? - no sé por qué dije eso, simplemente me salió del alma. Niall bajó la cabeza.

Di un primer mordisco a aquel desayuno, mientras la puerta de la terraza se abría y un Harry y una Megan demasiado sonrientes con las manos entrelazadas entraban.
Espera un momento. ¿Sonriendo? ¿De la mano? ¿Harry? ¿Megan? ¿Harry y Megan?
Parece que todos lo demás habían reaccionado como yo, pues estaban con la boca entreabierta.

- Eh... Bueno días - dijo Megan cargada de felicidad.
- ¡Lo sabía! - gritó Louis señalándoles - ¡Sabía que estaban haciendo guarradas! - todos nos empezamos a reír.
- Pe... Pero ¿cómo? ¿Cuándo? - dijo Bibi.
- Pues esta mañana, - empezó diciendo Harry - ella estaba en el jardín y me uní a ella, hablamos... Y lo arreglamos - le pasó un brazo por los hombros y ella le sonrió. Jope, que monos, por favor.
- Entonces eso significa... ¡Que Marry ha vuelto! - dijo alegremente Eleanor.
- Ahora solo falta que Nidia reviva...- dijo Niall provocando que le mirase sin poder decir nada, ni siquiera reaccionar.
- ¡Oh no, os vais a poner todos en plan parejitas y yo me voy a quedar de sujetavelas, muy bonito! - dijo Zayn sacándome de mis pensamientos.
- Zayn, tranquilo que yo no te voy a dejar solo - dijo Megan dándole un beso en la mejilla.
- Ey, que me pongo celoso - dijo Harry cruzándose de brazos. Todos nos empezamos a reír.

Entre todos recogimos el desayuno, y Megan y Harry se quedaron en la cocina tomando algo, ya que no les dejamos nada de comida. Los demás nos repartimos por el salón y pusimos la tele. Justo en ese momento apareció un anuncio en el que se daba publicidad a los muñecos oficiales de la película de 'Frankenweenie', que era la película que teníamos Niall y yo, donde él escribió 'LN'. Ambos nos miramos. Joder como dolía el no estar con él, no abrazarle, no besarle, no vivir cada momento junto a él. Se me hacía cada vez más pesada esta agonía, y mis ojos lo notaban pues unas pequeñas y humildes lágrimas se formaban en mi lacrimal.
Me pasé la mano por mi mejilla para limpiar alguna que otra gota de agua que caía por ella. Vi que Niall se pegó más a mí en el sofá pues estábamos sentados al lado, e hizo el amago de abrazarme con sus brazos, pero le paré.

- ¡No, no me toques! - me levanté de un salto. Todos nos miraban sin entender nada.
- Lidia, cielo, ¿qué te pasa? - dijo Liam preocupado.
- ¿Cómo crees que me he sentido durante toda esta puta semana sin saber nada de ti, NADA? Teniendo que aguantar que me ignorases, ¿eh? - hice caso omiso de lo que me dijo Liam. Niall tenía la cabeza entre sus manos, no le veía los ojos. - ¡ Contéstame, joder! - Levantó la cabeza, los tenía irritados.
- ¿Crees que yo lo he pasado bien, recordando cada una de las cosas que me dijiste?
- ¿Qué esta pasando? - preguntó Harry apareciendo con Megan.
- Discusión - le explicó Zayn.
- Pues no creo que lo hayas pasado tan mal, por lo que se ve. Porque si hubiese sido así, lo hubiésemos arreglado hace tiempo, y esta pelea no se haría presente ahora - Niall se puso de pie.
- Estaba hecho una mierda, ¿vale? No sabía qué hacer, estaba demasiado deprimido pensando que te había perdido para siempre. - sus palabras se clavaron como cuchillos. ¿Lo decía en serio?
- Pues lo que me dijiste decía todo lo contrario. "Sal de mi casa" - le imité.
- Bueno, ¿y tú qué? Tampoco es que fueses amable con toda esa cantidad de alcohol encima - se me hinchó la vena. 
- ¡Ese es el problema! ¡Que yo estaba borracha, pero tú eras perfectamente consciente de todo lo que decías!

Se quedó callado mirándome. Sabía que a él le estaba doliendo todo esto, lo sabía porque también me dolía a mí de igual manera.

- Lidia, vamos a hablar - dijo finalmente. Todos los demás asintieron como cotillas que eran - En mi casa.

Me cogió de la mano y a regañadientes, me dejé conducir por él. Les dije adiós a los demás y salimos por la puerta. No dijimos nada en el periodo de espacio que había entre la casa de Liam y la suya. Yo ya no lloraba ni emitía lágrima alguna. Más que triste estaba enfurecida, muy enfurecida.
Me soltó para buscar la llave en sus bolsillos y yo aproveché esto para cruzarme de brazos. Abrió la puerta y tiró de mí. Caminamos por pasillo que partía del recibidor y llegamos al salón.
Para nuestra sorpresa, encontramos a una señora rubia de unos cincuenta años sentada en el sofá, leyendo una revista, a la que ambos reconocimos inmediatamente.

- ¿Mamá? - dijo Niall desconcertado.

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