1.1.13

Capítulo 6


*NARRA MEGAN*
- ¿Donde está Lidia? - preguntó Amelia.
- La verdad es que no lo sé. Salimos a comprar unas cosas, y buah ahora os cuento una cosa graciosísima que nos ha pasado, después subimos a su habitación, me fui a la mía, me eché la siesta y bajé. Y ya no la he vuelto a ver.
- ¿Qué pasó? - dijo Bibi.

Les conté lo del supermercado, y lo de la caída sobre las cocacolas con máximo detalle. Laverdad es que fue algo muy gracioso, la cara de los chavales esos era genial. Creo que nos tomaron por locas. Pero a Bibi parece que no le hizo tanta gracia.


- ¿VISTEIS A NIALL Y A ZAYN Y NO ME LLAMASTEIS? Podríais haberme esperado y yo me hubiese acercado a por una foto. Joder, una única oportunidad echada a perder.

- Pero es que pasó el accidente y Lidia quiso salir cuanto antes posible. Tendríais que haberla visto. Se moría de vergúenza, estaba roja como un tomate. Dijo que no lo había pasado peor en su vida.  Y yo creo que nunca me había reído tanto. Jajajaja. Me río solo de pensarlo.

Amelia se levánto rápidamente de la silla y dejo la bandeja.


- Voy a verla a su habitación. Debe estar fatal por dentro. Yo también me sentiría así. Además es raro que no haya bajado a cenar, con lo mucho que come...

- ¿Quieres que te acompañemos?
- Sí, mejor que estemos todas y veamos qué la pasa.- ante esto nos levantamos y nos dispusimos a ir hacia la habitación pero en el camino aparecieron Fabián y Victor.
- ¿Ha donde vais chicas? - preguntó Victor.
- Eh... vamos a ver... a Lidia - dijo Amelia poniéndosele los mofletes de un colos rosado - que aún no ha bajado a cenar.
- Sí quereis podemos acompañaros.
- Eh... no. Mejor que vayamos sólo nosotras. Gracias.

Amelia bajo la cabeza y empezó a andar rápido hacia el ascensor. Miré a Bibi. No sabía qué pasaba, pero tenía una pequeña sospecha sobre cuál era la razón de que se hubiese comportado así.

Llegamos a la habitación y vimos la puerta entreabierta.

*NARRA LIDIA*

De repente vi como alguien levantaba las persianas de mi cuarto, abría las cortinas y encendía la luz. "Como sea una de las de la limpieza juro que entro en fase Pokemon..." pensé. Pero para mi sorpresa eran Megan, Amelia y Bibi.

- Cielo, ¿qué te pasa? - se preocupó Brigitte.

- ¿Qué hora es? - pregunté frotándome los ojos.
- Las ocho y media. ¿Pero me quieres responder? ¿Qué te pasa?
- Nada...- me incorporé y agaché la cabeza - Todo.
- Cuéntanos.
Las miré y las lágrimas volvieron a salir de mis ojos. Las expliqué que estaba super deprimida. Que echaba muchísimo de menos amis amigas, que creí que iba a ser fácil viéndolas cada día o casi todos por Skype, pero no era así. Notaba que estaban lejos y que con el paso del tiempo cada vez hablaríamos menos y que me acabarían olvidando. También les dije que a mi familia también la extrañaba. Que un año entero fuera de casa iba a ser mucho. No me había acostumbrado aún a todo esto, y eso hacía que a veces me sintiera perdida y me entrara la llorera. Además les conté lo que fue la gota que colmó el vaso. Hace dos horas me había llamado Pablo porque quería que volviesemos. El muy gilipollas no se había enterado de que me había ido a Londres, y la razón por la que quería volver a tener algo conmigo era porque la furcia de dos años menos por la que me dejó seguro que ya no le aguantaba. Y dios, si pudiese matarle lo hubiera hecho hace tiempo. No le aguantaba. Esa forma de utilizarme y de tratarme como un objeto me ponía loca. ¿Pero dónde se ha visto que el respeto y el derecho de una mujer estuviese tan rebajado? Y lo peor de todo es que Pablo seguía sin entender del todo por qué me había cabreado y por qué no quería saber nada de él. Y también en el fondo sabía que le seguía queriéndo, o al menos una pequeña parte de mí quería volver a estar con él. Pero la otra parte, bastante grande, le tenía muchísimo asco, y eso me mantenía a raya ante él. A todo esto añadí que era una imbécil por haber tenido a varios metros a una de las personas que más quiero y que más idolatro en el mundo y no haberme acercado a decirle como mínimo un simple "hola". ¿Que qué persona, qué clase de persona, derrocha esa oportunidad? Les expliqué que One Direction para mí eran mi mundo entero. Que su música me ayudó a salir adelante. Que lo que más deseaba en este mundo era conocerles y pasar una tarde junto a ellos. Que me llenaban por dentro al oír sus voces, que daría todo por ellos, pero que por mi maldita vergúenza había provocado mi propia miseria.
Terminé mi propio monólogo y vi que todas me miraban, y a Bibi se le habían saltado las lágrimas. Mientras les había contado todo eso, no habían dicho nada, solo se habían dedicadoa escucharme. Para mi sorpresa, Megan se lanzó a mí y me abrazó, y a esto la seguieron las demás.

- Vamos a estar aquí para todo, ¿vale? Y tus amigas te quieren mucho y alomejor perdéis un poco el contacto, pero cuando vuelvas a España estarán deseando verte. Esto no es sólo duro para tí, pues a mí también se me hace difícil pero hay que superarlo, ¿vale? - asentí mientras Megan me secaba las lágrimas.

- Y Pablo es un completo gilipollas. Olvídate de él que no te merece. ¡Anda que no hay chicos aquí en Inglaterra! Además los ingleses están obsesionados con las españolas así que un pivón como tú tendrá a los chicos así. - dijo Amelia mientras hacía un gesto con las manos que significaba "mucho"
- Además, respecto a One Direction yo también estoy loca por ellos y a veces siento que me muero al pensar que puede que muera sin verlos o sin tocarles o sin casarme con Harry - rió Bibi - pero da la casualidad de que vivimos cerca de sus casas, o así dicen en twitter, y haremos lo posible para que algún día nos los encontremos, que recuerda que aquí Directioners hay dos.
- Tres - dijo Amelia sonrojandose.

Bibi y yo la miramos con los ojos muy abiertos. Nos miramos y empezamos a chillar.


- No me digas que voy a tener que aguantar a otra fanática loca por esos cinco tíos... Joder, vaya mala suerte que me toca... - dijo Megan a la vez que se reía.

- Es que como esas dos estaban tan emocionadas por ellos, pues empecé a investigar un poco y no sé... son adorables.

Este era uno de esos momentos que sabía que no iba a olvidar nunca. Me tranquilicé y las miré alegremente.


- Gracias por todo chicas, teneis razón en todo. No debo preocuparme por nada si os tengo aquí ahora.

- Eso es lo que queríamos oír, ahora vuélvete a dormir tranquilamente para que mañana estés bien despierta y sin ojeras, que tocará madrugar.
- ¡Hostias, es verdad! ¿Y yo que me pongo? - dije mirándolas con una cara de perdida mientras ellas me sonreían.

No hay comentarios:

Publicar un comentario