26.1.13

Capítulo 31


- Vale, a ver, ¿tenemos todo? - dijo María.
- Sí, nueve pistolas de agua, tres barreños con globos de agua y la salsa de tomate. - contesté.
- Oye, ¿no creéis que se van a enfadar cuando les hagamos la emboscada? - dijo Eleanor.
- Oh, Els, tu tan inocente como siempre. - comentó Meg - Se lo merecen, o al menos Harry. ¡Ah! Y recuerda que Louis fue el que te llenó la cara de ketchup.
- Mmm... Tienes razón. Empecemos.

Estábamos en el jardín, detrás de unos arbustos, cerca de la cancha donde jugaban los chicos. María había sido la que había organizado todo este follón. A ver como reaccionaban. 
Estábamos esperando el momento perfecto para atacar. Todas teníamos una sonrisa en la cara. Sería muy divertido el molestarles. 
Me reía simplemente pensando en Niall cubierto de salsa de tomate.
De repente vimos como todos los chicos se sentaban en el suelo de la cancha, algunos tumbándose y otros solo sentándose.
Entonces lo vimos, era el momento perfecto. Nos miramos, y con esa telepatía que solo tenemos las chicas para estos casos, agarramos las pistolas y nos lanzamos a por ellos.
Empezamos a mojarles con el agua de aquellas inofensivas armas, y rápidamente se incorporaron mirándose el cuerpo empapado.
Todas nos reíamos de ellos, pues estaban muy confusos. Miré a Niall y puse cara triste pero en plan sarcástica: 'Oh, le he mojado su camiseta favorita, la de Free Hugs'.
Él me fulminó con la mirada.
Antes de que pudiesen hacer nada huimos corriendo hacia donde estaban los arbustos y unas agarramos los barreños con los globos y otras cogieron la salsa de tomate.
Los chicos estaban cerca nuestro, buscándonos. Echamos a correr y nos adentramos en el bosque.
Que divertido era aquello, me sentía como una niña pequeña.

- Shh... - susurró Nere. Estábamos escondidas detrás de una caseta que sería del jardinero o algo así. Oímos unas voces.
- ¿Quién creéis que ha tenido la idea? - preguntó Javier.
- Uf, no sé, las mujeres son mazo de crueles, tío. Incluso a la más inofensiva se le puede pasar la peor idea por la cabeza. - dijo Louis.
- Pues yo voto porque ha sido Lidia. - oí la voz de Niall. - Se le va la cabeza, en serio, cada dos por tres. - Yo no podía aguantar la risa. - Pero es lo que la hace única.

Todas las chicas me miraron mientras yo me ponía roja y ellas habrían la boca en silencio como si hiciesen un 'Ohhhhhhhh'.

- Yo creo que ha sido María - djo Mica - no sabéis cómo es ella. Si viviese en Italia apuesto lo que fuese a que formaría parte de la mafia.
- Ha sido Megan - cortó Harry - Esta claro. Que cree que me lié con la tipa esa y ahora va de 'venganza contra Harry' - miré a Megan y vi que cerraba los puños y que tensaba las facciones de la cara - Es que macho, me está volviendo loco. Yo ya no sé que hacer. Está paranoica. Me da miedo, os lo juro. Es que veo que un día de estos me mata o algo así. No sabéis cómo se puso cuando intenté hablar con ella por primera vez. - Megan estaba que echaba chispas. Ay del que se cruzase en su camino en ese momento.

'No Megan, no lo hagas. Nos van a descubrir' pensé. pero ya era demasiado tarde.

- Paranoica tu puta madre - dijo bordemente asomándose por la caseta. - ¿Pero de qué vas? Que te crees Dios cuando todo el mundo te ve como un putón. 
- Megan, cállate por favor. - le dijo Zayn.
- Ah, ¿que ahora tú le defiendes cuando ha sido SU culpa? Pues de putas que vamos. - las demás nos acercamos a donde estaban.

Miré a Niall. 
'Dios, otra pelea no por favor' le dije telepáticamente, o al menos esa era mi intención.

- A ver, Megan, que Harry no la besó, que fue ella.
- ¿Y por qué debería creerte? Seguro que Harry os ha estado convenciendo para que neguéis lo que hizo.
- ¿Pero qué dices? - replicó Harry - Estás loca, ¡loca! ¡Joder. que no he hecho nada!
- Vamos a descansar un poco anda - cortó Cris tirando de Megan y empezando a andar hacia la casa.

Y ahí acabo otra discusión más. Ojalá fuese la última. Qué ilusa.

- Liam, por favor, se supone que tú eres como nuestro papá, para esto - le dije.
- ¿Meterme entre el gran orgullo de Harry y el de Megan? ¿Alguna otra forma de morir, por favor? - reí levemente.
- Es que no aguanto más, estoy harta de que discutan, en serio. Con lo bien que estaban juntos...

Entramos en la casa y nos sentamos en el salón. Ya estaba empezando a oscurecer. Nos habíamos demorado demasiado a lo largo de la tarde, pero al final ni usamos los globos ni la salsa de tomate. Que pena desperdiciar la comida así...
En este tiempo de espera decidimos ver una película. Después de mucho votar y votar, elegimos ver Notting Hill. Que guay era esa película, me encantaba Hugh Grant. Todos estábamos tranquilos, relajados  disfrutando de la presencia, riendo con la película, etc. Pero sabíamos que había una cierta tensión en el aire. Megan - Harry, Harry - Megan.
Vaya dos. Les daría un sopapo y les quitaría la tontería de una vez.
Volví a centrarme en la película, aunque era un poco difícil, pues estaba sentada entre las piernas de Niall mientras él me abrazaba y a la vez, de cuando en cuando, se dedicaba a darme pequeños mordiscos en el cuello que a mí me hacían cosquillas, y como entenderéis, eso no hace que una se centre mucho.

- "¿Sabes lo que dicen de los hombres con pie grande?... Ya sabes, pie grande... Zapato grande". - dije susurrando. Me hacía mucha gracia esa frase de la película, nunca se me olvidaba.
- Yo tengo los pies grandes... - me dijo Niall en la oreja.
- Ay, Dios - dije entre susurros - no lo quiero saber Niall. Por favor, este tema no. - él se empezó a reír, por lo que Gabri, que estaba al lado nuestro, le fulminó con la mirada, pues no la dejaba escuchar. Niall y yo sonreímos ante esto.

Acabó la película y ya eran las nueve y media, por lo que empezamos a preparar la barbacoa. Maxi, con ayuda de Javi y Mica, empezó a sacar mucha carne de su infinita nevera. Jope que envidia me daba.
Y salimos al jardín a preparar todo.
Todos los chicos decidieron que preparar la barbacoa era cosa de 'machos' por lo que no nos dejaron a las chicas participar.
'Bueno, mejor, así no tenemos que hacer nada' pensé.
Cuando hubieron acabado de hacer la comida (madre mía que pinta tenía) nos cogimos cada uno un plato con carne y nos sentamos en el césped  Allí empezamos a hablar todos, a contar cosas, a pasar buenos momentos. Aunque Megan y Harry no se hablaban, es más, ni se miraban, pero a pesar de esto lo estábamos pasando bien.

- Ostris, ostris, ostris - dijo María - ¡Casi se nos olvida chicas! - miró a las demás - ¡El juego!
- ¡Es verdad! - dijo Nere.
- ¿Está en tu cuarto Mer? - dijo Cris. María asintió y se levantó y se fue hacia su habitación, seguramente a coger el juego ese.
- ¿Qué juego?- pregunté.
- Nuestro juego, Lidia - aclaró Gabri.
- ¿Vuestro juego? - preguntó Louis.
- No me entero - dijo Bibi.
- ¡Ay Dios, nuestro juego! - los demás nos miraban con cara rara, no entendían nada. María vino con una gran caja.
- Nuestro juego, - explicó Bea - es uno al que jugábamos cuando nos aburríamos. Consiste en tener un tablero de Twister y la reglas son que si te caes, bebes un chupito, si te sale mano a verde, chupito de nuevo, si te sale el mismo color dos veces seguidas, chupito, si te sale la misma parte del cuerpo dos veces seguidas, chupito, y si estás tocando con tu codo derecho a alguien...
- Chupito - dijimos todos a coro.
- Vale, veo que lo habéis entendido.
- Vamos, que básicamente se trata de beber y beber, ¿no? - preguntó Javi.
- Sí, básicamente.
- Ains, yo quiero jugar - dijo entusiasmada Eleanor.
- Alcohólicos anónimos... - la susurré y ella rió.
- Oye, pero hay un problema. Somos diecisiete, y como que no hay mucho sitio para tantos - dijo Niall.
- Para eso he traído dos tableros en vez de uno - explicó María.
- Maximiliano - dijo Gabri para fastidiar a su novio - ¿qué nos puedes ofrecer de esos manjares más conocidos como bebidas alcohólicas, colibrí mío? - sonrió, le encantaba vacilarle.
- Mmm voy a ver, golondrinita mía - todos nos empezamos a reír. Que raro sonaban esos motes, sobretodo en inglés.

Al rato vino Maxi con más de tres botellas de Vodka y dos de Whisky. Pensaba que era una sobrada pero bueno.
Empezamos a jugar, y era muy divertido porque al principio todos estaban como perdidos, y fallaban casi siempre, por lo que les tocaba beber a menudo. En un momento, Niall se hacía cargo del cartón este con la flechita que gira indicándote donde poner la mano, y en este periodo de tiempo, tuve que beberme siete chupitos ya que él hacía trampas en mi turno y trucaba el cartón.
'Anda que novio más majo tengo'.
Como venganza, en una partida en la que le tocó estar debajo mío, rocé mi mano con su codo derecho, y tuvo que beber, y después le di un beso, empujándole hacia abajo, de forma que no aguantase la presión y se cayese sobre el tablero. Y de nuevo a beber. Me empecé a reír.
Cuando todos ya llevábamos una cantidad considerable de alcohol el la sangre, entramos de nuevo en la casa.




*NARRA NIALL*

- Voy al baño - dije cuando pasamos al salón. Todos asintieron y subí las escaleras. 

A ver, vamos a intentar no perdernos. Vaya casa más grande tenía Max. Me crucé con una señora mayor, de unos cincuenta años, supuse que no era la madre del chico pues nos había dicho que sus padres estaban de viaje. Así que deduje que era Marga. La saludé en español y la pregunté por el baño. Me indicó que era la tercera puerta de la izquierda y hacia ahí me dirigí. Cuando salí del aseo, me encontré a María en el pasillo.

- Hola rubio - me saludó.
- Hola rubia.
- Hostias, es verdad, casi de me olvida que yo también lo era. - me reí.
- Has bebido mucho ¿no?
- Sa Se Si So Suputamadre.
- ¿Qué?
- Mec.
- Mmm, me he perdido - ¿qué me estaba diciendo?
- Yo también - me reí. Era muy graciosa borracha - Ah sí, Niall, Niall de mi alma, salgamos un momento al balcón de mi habitación. - me agarró del brazo y tiró.
- Me das miedo María.
- Tranquilo, que no te voy a violar, ya tengo a Mica.
- Emm, vale - me volví a reír, a saber que tenía esta en la mente.

Salimos al balcón de su terraza como dijo, desde dónde se podía ver todo el jardín de la casa y el bosque, y cogió un cigarrillo y lo encendió. Me ofreció uno pero yo negué con la cabeza y ella se encogió de hombros.

- Nialler, ante todo debes saber que esto no es porque seas tú, sino que se lo hago a todos los que salen con Lidia - ay Dios, a ver que me decía - Y que esto va a ser la típica charla que un padre tiene con el novio de su hija, pero que no tendrás esa charla porque los padres de Lidia son raros de narices, están pirado como ella, son super guays. - asentí - Entonces yo en estos casos asumo el papel de padre y me ocupo de esta conversación, pues Lidia, aunque sea una bestia parda - sonreí, sí, bestia parda era la forma perfecta de definirla - pues es como una mariposilla por dentro. Así que a las mariposillas hay que cuidarlas, ¿vale, neng? - asentí de nuevo. ¿Qué narices era Neng? - Poco hablador eres tú eh.
- Ya bueno, depende de cómo se me pille.
- Bueno, let's go. - dijo - y empezó a tararear la canción de Live While We're Young. Yo me reía. - Ey, que esa me la sé eh, que creíais que no me sabía ninguna. Ay, espera, que me estoy yendo del tema. A ver, ¿por dónde iba?
- Oye, ¿no estarán preocupándose por nuestra tardanza?
- Que va, le dije a Lidia que tendría la charla contigo, así que no problemo tonqui.
- Ah vale.
- ¡Ah! Ya me acuerdo. Mira, yo ya hablé con el ex-ex-novio de Lidia, y aunque no me gustó mucho pues luego acabó siendo un buen chico que cortaron simplemente porque se apagó la llama del amor, nada más. Por lo que no tuve que ocuparme de él, ni matarle. - Vale, Mica tenía razón con lo de la mafia - Pero el Pablo ese... ¿Te ha hablado de él?
- Sí, alguna que otra vez le ha maldecido.
- Pues sí, el gilipollas ese no me cayó bien desde el principio, y ya avisé a Lidia, de que era un soplapollas de aquí a China, pero cuando Lidia está en el estado de 'estoy enamorada' ni Dios hace que entre en razón. Por lo que yo puse mi punto de mira sobre Pablo, y en efecto, resultó ser un cabrón hijo de su madre. Así que me ocupé de él. - sonrió maliciosamente - ¡Pero aún así, el muy cojonudo, la vuelve a llamar cuando estaba en Londres! ¿Es que no le bastó lo que le hice?
- ¿Qué le hiciste?
- Lo siento, ese tema está censurado. - me reí - Bueno, ¿a dónde quiero llegar? Pues mira, allá vamos, puede que seáis famosos, puede que tengáis mucho dinero,muchas fans o algo así, pero antes de eso, tú eres el novio de una de mis mejores amigas, por lo que mi forma de juzgarte no dependerá de tu fama sino de cómo trates a Lidia. Más o menos entiendes, ¿no?
- Sí, y la verdad es que agradezco que sea así. Mucha gente solo me trata por ser 'Niall Horan, el chico de One Dircetion' no por 'Niall Horan, un chico normal de 19 años'.
- Mmm me gusta esa contestación. Y bueno, que me has caído muy bien, en serio, eres muy majete, pero debes saber, que si le haces algo a Lidia, seré yo la que te vaya buscando por todo el mundo para arrancarte el corazón y colgarlo de la punta de una bandera - me cago en la leche, que grima.
- Vale, me prevendré de eso, pero en mi vida me permitiría hacerla daño.
- Muy bien Forrest. ¿Forrest? ¿Forrest Gump? - Y llegados a este punto de la conversación  dime. ¿Qué intenciones tienes con Lidia?
 Pues diría que estar con ella todos los días de mi vida, pero quién sabe lo que pasará en el futuro, nadie lo puede predecir, así que por ahora tiendo a disfrutar cada día que pasó con ella.
- Jope tío, eres como un poeta.
- Gracias, me siento halagado - dije sonriendo. María me caía bien, era de estas tías que te podrían defender siempre.
- Bueno, ya olvidemos la charla esta incómoda, que te estoy haciendo pasar un rato un tanto raro.
- Bueno, nada que no sea efectos del alcohol.
- Cierto cierto. 
- Mmm María, ¿te he contado cómo conocí a Robert Zimmerman, alias Bob Dylan? - se le abrieron los ojos como platos.
- ¡No jodas, que le has conc...

Un grito proveniente del salón nos interrumpió y bajamos rápidamente allí, donde estaban todos los demás.

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