21.1.13

Capítulo 26


Jesús, María, José y su puta madre en bicicleta.
No era sólo que Niall y yo estuviésemos enfadados, no. Sino que además la prensa había inventado una historia sobre mí.
En la página de la revista había una foto de Niall andando solo por la calle y otra mía en la que salía dándole un abrazo a Victor.
Y exactamente ponía así el artículo:

"Parece que el miembro irlandés de la famosísima banda juvenil del momento ha abandonado su lado romántico y tierno. ¿Se ha pasado al lado de las historias de unos días, quizá una semana y no más? ¿O simplemente es que le están engañando? Por lo que sabemos, estos días, había estado quedando con una chica española, llamada Lidia Valencia, según dicen. Pero recientemente hemos visto fotos en las que esta chica, aparecía abrazando cariñosamente a un chico, y después pasando el resto del día con él. En cambio, el rubio cantante, ha pasado la tarde vagando por las calles de Londres tras salir de una entrevista. Solo. ¿Nos lo tomamos de alguna manera? ¿Interpretamos lo que no es debido? ¿Que Niall Horan va de flor en flor? ¿O simplemente sacamos la conclusión de que ha sido burlado por una chica? ..."

Y más mierda varia que sólo le interesaba a la vieja de la esquina.
¿Pero es que son tontos? ¿O qué? ¿Desde cuando una no ha podido quedar sin un amigo sin que creyesen que le estaba engañando?
¿Y eso de: 'Lidia Valencia, según dicen'? 
Es Lidia Valencia y ya está. Ni dicen ni no dicen. Es así y punto. 
Lidia Valencia, novia de Niall Horan, friki del Señor de los Anillos.
Van a ir un rato a chuparme el codo.
Y joder, lo peor es cuando lo vea Niall.
Si es que no lo ha visto ya, porque con twitter seguro...
Bueno, twitter, debo ser el lucifer más odiado ahí. Seguro que me ponen verde pero hasta las pestañas.
Cuando empezaba a caerles bien...
¿Pero qué digo? Si eran las ocho y media de la mañana.
Si alguien a esas horas estaba comprobando los marujeos del mundo en ese momento era porque no tenía vida social por pedazo de amargado y de bastardo rastrero, y en ese caso, me daría igual lo que diga esa persona.

Cogí el móvil y llamé a Niall.
Nada. Genial, empezábamos bien.
Me duché de nuevo, pues iba toda asquerosa después de haber corrido, solo que esta vez sin champú, solo agua. Que me purificase y me limpiase un poco ya que me sentía más sucia que una meretriz.
Y es que no podía dejar de pensar en lo que estaría pensando Niall en ese momento. Debería estar roto por dentro. Yo enfadándome por sus celos y toma, fotitos de Victor y yo abrazándonos más los comentarios de la prensa de regalo.
Necesitaba verle, hablar con él, decirle que todo era mentira.
Así que después de salir de la ducha cogí el teléfono de nuevo y volví a llamarle.
Pi. Pi. Pi. Pi. Pi.
- Hola, soy Niall Horan y ahora mismo estaré ocupado o comiendo en Nando's. Gracias y un beso. 
Piiiiiiiiiiiiiiiii.

Suspiré abatida y me tiré sobre la cama.
Vaya mierda de comienzo de día. Solo falta que el viejo del parque venga a mi habitación.
Madre mía, mi bordería me salía sola en estas situaciones.
Me puse el pijama y me tumbé en la cama.
'Sí, dormir será lo mejor. Así durante un tiempo me olvidaré de todo lo ocurrido' pensé.
Y gracias a Morfeo así ocurrió.




Me desperté y miré el reloj. Las cuatro y treinta y siete unicornios de la tarde.
Me froté los ojos y fui al baño.
Joder, vaya aspecto tenía. Y decían que lo de dormir sentaba bien. 
Me lavé la cara y volví a la cama.
Cogí el móvil y vi que tenía trece llamadas perdidas.
Deseé que todas fueran de Niall, que quería hablar conmigo.
Pero no.
Tres de Megan, cuatro de Bibi, una de Victor y cinco de mis amigas de España, que parece que ya se habían enterado de todo.
'Estas si que son las verdaderas marujas...' pensé.
Decidí no contestarlas ni nada. No me apetecía oír otra voz más que la de él.
Volví a llamarle, por tercera vez, pero me volvió a saludar su contestador, tan agradable como siempre.
Dios, iba a morir algún día de estos de desesperación.

Me puse unos pitillos vaqueros, una camiseta de manga larga, una sudadera gris, y en calcetines salí de la habitación con cuidado de no encontrarme con nadie.
Me fui hacia las escaleras y empecé a subirlas, de dos en dos, para ir rápido.
Llegué hasta lo alto del todo y abrí la pesada puerta que daba a la terraza. 
Sentí el are de Londres golpeándome en toda la cara y sonreí. Me encantaba esa sensación. 
Me adentré en aquel sitio descubierto y di gracias por estar sola. Lo necesitaba.
Me asomé a la barandilla y vi todo un paisaje de casitas detalladas, árboles, parques, edificios.
No era como el que se veía en el London Eye pero era suficientemente bonito como para encantarme.
Era raro. Con lo que me apasionaban las vistas y ese rollo y solo había subido ahí dos o tres veces.
Me quedé un buen rato sintiendo el húmedo tiempo y la fría en la temperatura, hasta que no sé que vena me dio pero me tumbé boca arriba en medio de la terraza.
Empezó a llover, pero a mi me daba igual. Me encantaba la lluvia  El ruido que hacía, lo fresca que sentaba, la forma en la que caía...
Era algo genial.
Daba igual si me mojaba, es más, ya me iba acostumbrando a mojarme en estos días porque con Niall...
Niall.
Niall.
Genial, ahora no se me iba a sacar de la cabeza.
'A ver, piensa en otras cosas'
Comida. 
A Niall le encanta.
Patos.
Los patos nadaban en un lago y en el lago había agua igual que en la ducha donde me besé con Niall por primera vez.
Canguros.
En Australia hay canguros y Niall fue ahí.
¿Obsesionada? Solo un poco...
Las gotas caían por mi cara, mi ropa estaba ya casi empapada, pero ya nada me importaba. 

- Por fin te encuentro - dijo una voz masculina de alguien que se había tumbado a mi lado.
- ¿Cómo has sabido que estaba aquí?
- Megan me dijo que no te había visto casi en estos dos días, y que no habías ido a clase. Por lo que te busqué hasta que recordé que te encantan las alturas y las vistas. Así que vine aquí.
- ¿Y no te han reconocido por la residencia?
- Capucha, gafas de sol y bufanda, querido Watson. - reí - Lidia, está lloviendo.
- Muy agudo DJ Malik. - silencio - ¿Está muy enfadado?
- Un poco.
- Pero es que lo peor es que es mentira todo lo que cuentan, que yo con Victor no tengo nada.
- Ya, pero entiendele. Solo ha habido a una chica más a la que ha llegado a querer tanto como a ti. Y le hizo mucho daño dejándole por un amigo suyo. Tiene miedo a perderte.
- Pero no confía en mí...
- Sabes que sí lo hace, pero como he dicho tiene miedo.

Me quedé en silencio un rato. Zayn me miró.

- ¿Has llorado por este tema? - me preguntó.
- ¿Yo? Qué va. Si casi no lloro.
- Bueno, que yo sepa ha habido tres veces que has llorado. El día de la fiesta de tu cumpleaños, por lo de el gilipollas ese de la disco, y cuando Niall te cantó Little Things.
- ¿¡Os lo ha contado!? - dije sobresaltada.
- Sí- dijo sonriendo - nos cuenta todo.
- Le voy a matar... ¿Y qué os cuenta?
- Pues todo, desde el primer día que te vio. - me ruboricé - Te quiere mucho.
- Y yo a él. ¿Sabes, Zayn? Siempre apareces cuando más lo necesito. Voy a empezar a pensar que me estás acosando.
- Uy sí, no tengo nada mejor que hacer.
- No, ahora en serio. ¿Cómo es que has venido a buscarme?
- Necesitaba tu apoyo, y también porque todos están preocupados por ti.
- Espera, ¿apoyo para qué? - se calló durante un tiempo y cogió aire.
- Perrie me ha dejado.
- Ay Dios, lo siento Zayn, y yo aquí hablando de tonterías mientras a ti te pasa eso. Pero cuéntame, a ver. ¿Qué ha pasado?
- Pues estábamos hablando por teléfono y en un momento ha habido un silencio incómodo y ella ha empezado a llorar. Y yo preocupado la he preguntado que qué pasaba. Y me ha dicho lo típico de que es que se sentía mal, porque veía que ya nada era lo mismo. Que ya como que no me echaba de menos, que veía que no quedaba sentimiento. También me dijo que no podía esperar a terminar la gira porque sería aguantar en falso. Así que hemos acabado.
- Joder, Zayn, lo siento mucho, me cago en la leche. Voy a ser la responsable de subirte el ánimo, ya verás. Te buscaré una buena moza. - el rió levemente.
- Ya claro, una moza que de tres cabras y una vaca por mí, ¿no?
- Me preocupa la forma en la que mantienes el humor en estos instantes. - él volvió a reír - La sigues queriendo, ¿no?
- A todas horas.
- Pero...
- ¿Pero?
- Todas las frases tiene un 'pero...'.
- Esta no.
- Venga Zayn te conozco.
- Pues es que...
- Es por ella ¿no?
- Sí. Es que no sé qué hacer. Desde que la vi no dejó de pensar en ella. En Perrie muchísimo más, claro está, pero en ella también. Pero debo olvidarme de ella. Por el bien del grupo. No debo estropear nada.
- Eso es verdad Zayn. Él la quiere, y bueno, ella a él también le quiere, eso está claro.
- Vamos, que estoy cogido por los huevos.
- Básicamente sí.
- Lidia, nos seguimos mojando. Estamos empapados.
- Ya. - estornudé.
- Estás enfermando. Yo llevo más de tres capas de ropa, pero solo tú llevas dos y has estado mucho más tiempo aquí. Vas a coger una hipotermia.
- Ya ves tú cuanto me importa. Ponerse mala, ¿qué es eso comparado con cómo estoy por dentro?
- Venga, vamos a entrar que ya empiezas a delirar.
- Pero sólo si me llevas a hablar con Niall.
- No creo que sea una buena idea. Está un poco cabreado.
- Venga Zayn - le miré con cara de desesperación.
- Eres una lianta. Te llevaré.
- Dios, mis gracias. - le abracé - Eres un buen amigo.

Salimos de la residencia, y como no había traído el coche, fuimos andando. Más lluvia.
Llegamos al recinto con las casas de los cinco y me acompañó hasta la puerta. Me abrió sin hacer mucho ruido y él se fue hacia su casa a cambiarse.
Cerré la puerta y fui habitación por habitación buscándole, pero nada.
'La sala-santuario' pensé. Ese era el nombre que le había puesto.
Me dirigí hacia ella recordando la de veces que Niall y yo habíamos recorrido ese pasillo entre risas y besos.
Empujé la puerta y ahí estaba, de espaldas, guitarra en mano, tocando una canción que reconocí como 'Crash' de SUM 41. 
Le encantaba esa canción desde el día que se la enseñé.
Mi alma se ablandeció al oírle tocándola.
Me acerqué a él sin hacer ruido.

- Niall... - dije haciendo que parase de tocar.

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