31.1.13

Capítulo 36


*NARRA LIDIA*

- Bueno, ¿me piensas contar qué es lo que te pasa con Harry? - ayer en la comida se habían comportado super raro.
- Pues que piensa sustituirme, y es tan original que se busca a una que sea igual que yo.
- Megan, a ver, aclárate. Le dices siempre que ya no quieres nada con él, que te olvide, ¿y ahora te enfadas porque él intenta pasar página?
- Eh... Pero es que es igual a mí.
- Pues a lo mejor porque le gustan de ese tipo. Pero a Harry le vas a volver loco si un día le dices que si y al siguiente que no.
- Ey, que desde que cortamos no le he dicho que si.
- ¿Entonces de que te quejas? - la miré con el ceño fruncido.
- Eh... Yo... ¡Dios! ¡No sé que te ha hecho el irlandés ese pero no me gusta! - me reía por dentro. Cómo se picaba cuando hablábamos de Harry.

Llegamos a casa de Eleanor. Llamamos al timbre y nos abrió Louis.

- ¿Así que sois vosotras las que esta noche me robáis a mi novia? - nos saludó fulminándonos con la mirada.
- Anda Lou, déjalas pasar, que fuera hace frío. - dijo Els mientras Louis gruñía, pero al instante nos abrazó.
- Cuidádmela eh - añadió este mientras cogía su abrigo. Dio un beso a Eleanor, nos volvió a abrazar y salió de casa.
- Uf, por un momento creía que se iba a quedar y pasar la noche con nosotras - dijo Megan - Hola Els - la dio un beso en la mejilla.
- ¿Bibi aún no ha llegado? - abracé a nuestra anfitriona.
- No, que va. Está en el estudio con Liam, ahora vendrá. - asentí. - Oye, ¿en serio que os podéis quedar a dormir?
- Que si, que si, que mañana nos saltamos las clases y punto - contestó Megan.
- Ya, pero lleváis dos días sin ir.
- Bueno,no pasa nada, ya hemos hecho los exámenes así que no tenemos nada que hacer. - contesté - Además, hace tiempo que no tenemos una tarde de chicas, y ya era hora. - Ele sonrió a la vez que llamaron a la puerta.
- Hola Bigritte.
- Hola Lilian. - me saludó.
- No puede ser, ¿Bibi sin Liam? ¿Qué ha pasado? - dijo sarcásticamente Megan apareciendo con Eleanor en el descansillo.
- Cállate, zorrupia - respondió Bibi dándola con el bolso - Hola, Ele.
- No creo, ¡has dicho una palabrota! - volvió a decir Megan mientras a echaba a correr por la casa con Bibi detrás que la quería dar con el bolso.

Sí, señores, estas eran mis amigas.

- ¿Vamos haciendo los brownies? - me dijo Eleanor.
- Sí, por favor.

Entramos en la cocina y ahí empezamos a preparar la masa. Al rato se nos unieron las otras dos, que a saber qué habían hecho por ahí.
Observé la cocina de Eleanor. Era super bonita, blanca con detalles naranjas. No tan grande como las de los chicos, pero sí muy ancha.
La casa tampoco era igual de grande, pero no se cortaba de espacio.
'Normal, habiendo trabajando de modelo ha podido pagarse esta gigantez'. pensé.
Estuvimos cocinando hasta que nos salieron unos brownies del carajo. Madre mía que pinta.
Nos comimos unos cuantos y fuimos hacia el salón.
Nos sentamos todas menos Eleanor, que ahora llegaba.

- A ver, ceporrinas - nos dijo - Tenemos estas para nosotras - nos enseñó una botella de Mojito y otra de Ron - y en dos horas pedimos las pizzas. ¿Qué preferís, ver primero la peli y luego hablar o al revés?
- ¡Peli, peli, peli! - dije yo animadamente.
- Sí, mucho mejor creo yo - añadió Megan.
- Vaaale, pues vamos a poner la película.

Empezamos a ver todas juntas 'Un paseo para recordar'. Qué bonita era esa película, en serio.
Me encantaba cada vez que la veía.

- No, no, no se puede morir - dijo Bibi entre sollozos cuando salieron los créditos - No puede dejarle ahí al pobre sufriendo por ella.
- Tía, tenía que morir, si no no tendría enganche, es lo que la hace bonita. - dije.
- Estoy de acuerdo con Lidia - me apoyó Megan.
- Pues yo me moriría si Louis se muriese así. - dijo Eleanor.
- Oh - dijimos todas a coro tirándonos sobre ella, que lloraba y lloraba.
- Tías, que no respiro - dijo riéndose. Nos apartamos.
- Eres una nenaza, no aguantas nada - la dije.
- Y tú demasiado machorra, ¿no te lo ha dicho Niall alguna vez?
- La verdad es que sí.
- Oye, por cierto - dijo Bibi - aún no nos has contado todo lo que pasó cuando te dio la sorpresa.
- Pues nada especial - mentí.
- ¡Espera, espera, espera! - gritó Eleanor alejándose - llamo al pizzero y ahora nos lo cuentas. Carbonara y barbacoa, ¿verdad?
- Sí - chillamos todas a la vez.
- Vale. - al rato volvió - ya estoy, cuenta.

Les conté todo. Desde que Megan me dejó en su casa hasta lo de las fresas. Mis reacciones, las de Niall, cómo se había currado todo, etc. No llegué hasta 'esa parte' porque me daba un poco de cosa contárselo. Pero como son unas buitres que necesitan ser saciadas quisieron enterarse de lo que pasó.

- Bueno, ¿y qué más? - preguntó Eleanor.
- Mmm, nada más.
- Ya, y nosotras somos tontas. Venga, cuenta.
- Pues eso, que nada más que debáis saber.
- Vuestra felicidad de ayer no dice eso. - dijo Bibi.
- Me parece fatal que no nos lo cuentes, yo te contaría todo - dijo Megan.
- Va, cuéntanos lo que te pasa con Harry.
- Eh... Cambiemos de tema. - reí. - Acerca la botella, señora Tomlinson - le dijo la morena a Eleanor. Nos sirvió a cada una en un vaso. Bebimos. 
- Mmm, ¿con cual de los chicos os gustaría salir que no sean nuestros novios - Eleanor miró a Megan - o la persona que nos gusta? 
- Zayn - dije.
- Yo también Zayn - dijo Megan.
- Pues yo con Niall - dijo Bibi.
- Yo Harry - dijo Eleanor.
- Interesante, - dije - ¿quién creéis que va a ser el primero en casarse?
- LIAM - dijeron Megan y Eleanor a coro mientras Bibi se ruborizaba.

Estuvimos unos veinte minutos hablando de cosas de ese tipo. '¿Quién tendría hijos primero? ¿Quién seguiría viviendo en Londres? ¿Qué mascota tendría cada uno? Etc...'
Cosas así, mientras al alcohol se acomodaba en nuestros cuerpos.
Decidimos llamar a los chicos para vacilarles un poco. Marcamos el número de Louis con número oculto a la vez que llamaron a la puerta.
Fuimos todas, con la llamada aún abierta, hasta la puerta.

- ¿Sí? - dijo Louis por el teléfono.
- Hola pizzero - saludó Megan a un chico rubio y guapetón que estaba en la puerta.
- ¿Pizzero? Creo que se ha equivocado - dijo Louis al otro lado. No pude evitar reírme. - ¿Lidia? ¿Oye, eres tú? ¿Qué la habéis hecho a mi Eleanor? - más risas tontas producidas por el ron. Qué bonito. 
- Entonces Mike, ¿no? - le dijo Megan al repartidor.
- Sí, ¿tú?
- Diane - dijo esta con una sonrisa en la cara - Encantada.
- ¿Diane? ¿Megan? ¿Mike? - dijo Louis al otro lado de la línea. Se oyó a Harry decir algo. - ¿Quién eres joder? - No podíamos parar de reír. 
- Bueno, Harry, ya te llamaré. - dijo Megan.
- ¿Harry? - respondió el chico.
- Digo Mike, adiós - cerró la puerta.
- ¿Harry? No, Harry está aquí conmigo. - dijo Louis. - ¡Me estoy liando! ¿Quién es Mike? - silencio - Vamos, sé que estáis ahí - silencio - ¿Oiga? - Eleanor, roja, soltó una pequeña carcajada - ¿Eleanor? - silencio - ¡Els! ¡Sé que eras tú, reconocería esa risa en cualquier parte! - silencio de nuevo - Oh... Que graciosas... Ya sé lo que estáis haciendo. ¿Os parece bonito vacilar a un indefenso chico por teléfono? - al final no pudimos aguantar y nos echamos a reír a la vez que colgábamos.

Ay madre, era una simple parida, con un poco de gracia, pero no sé por qué hizo que nos estuviésemos riendo durante un buen rato.
Nos comimos las pizzas entre más bromas, más charlas, más tonterías, etc.
Me encantaban estas tardes solo de chicas.
De repente sonó un ruido. Miramos por la ventana y vimos que estaba lloviendo.
Todas penamos que había sido un trueno.
Después de mucho habla que te habla, bajamos unos colchones al salón y los pusimos en círculo, nos tapamos con mantas y decidimos ir a dormir, que ya era hora.

- Lidia, los teletubbies están baratos - me dijo alguien mientras dormía.
- No, aún no son voluntarios.
- ¿Voluntarios?
- Sí, los que hacen el bien... - noté una sustancia fría sobre mi frente y entonces abrí los ojos.

Lo primero que vi fue  Niall, Louis, Zayn, Harry y Liam descojonándose de mí. Después un trozo de gelatina me rodó de mi frente a mi pómulo.
Así que eso había sido la sustancia fría...
Pero bueno, a todo esto, ¿qué hacían estos aquí?

- ¿¡Qué narices estáis haciendo aquí!? - susurré medio gritando.
- Pues es que como habéis sido muy graciosas con vuestra llamada, pues queríamos compartir esa gracia con vosotras - dijo Louis.
- Dios, qué imbéciles... - Zayn me puso otro pegote de gelatina en la cara - ¡Oye! - me lo aparté con la mano y me lo comí - ¿Y la demás?
- Dormidas - dijo Liam.
- ¿Y por qué habéis ido a por mí primero?
- Pues no sé la verdad - dijo Harry - fue idea de Niall - este levantó la cabeza mientras comía gelatina de un bol. 
- Oye, ¿hacemos bromas a las demás? - propuse.
- Oh, Dios, sí, sería super gracioso.
- Sacamos a una con el colchón al jardín - propuso Zayn.
- A Megan, a Megan - susurró entusiasmado Harry - cuando duerme no se entera de nada.
- ¿Y cómo sabes eso, eh, Harry?- dijo Louis levantando y bajando las cejas.
- Anda Cállate - respondió este sonriendo.

Entre todos, levantamos su colchón y abrimos la puerta que daba paso al jardín. En varios momentos casi se nos cae Megan al suelo. Era muy gracioso verla ronronear mientras rodaba ligeramente por el colchón debido al movimiento cuando lo movíamos. Conseguimos depositarla sobre el césped, y Zayn accedió a quedarse vigilándola, pero Harry dijo que no, que se quedaba él.
'Harry, lo de en pleno jardín a las cuatro de la mañana como que no es muy romántico...' pensé.
Vi que Louis cogía a Eleanor en brazos.

- A la bañera - dijo y empezó a subir las escaleras con ella en vilo.
- A ver, ¿dónde ponemos a Bibi? - preguntó Niall.
- Felpudo, está claro - dije, y Liam me fulminó con la mirada.
- No. ¿Y si pasa un depravado mental y decide hacerla algo? - puse los ojos en blanco.
- ¿Y por qué no en un armario?- dijo Zayn, del cual me fijé que tampoco apoyaba la idea del felpudo. 

Pobre, ver cada día como Liam y Bibi se hacen cada vez más inseparables y él teniendo que tragárselo  Jope, me daba pena. Tenía que buscarle una chica pero ya.

- Claro, Zayn, que idea más buena - dijo Liam - buah, tu cuidarás de Bibi si algún día no estoy, que de los demás no me fío. - fue a coger a Bibi.

Vi cómo Zayn agachaba la cabeza y le cogí de la mano.

- Estoy en búsqueda de alguna chati para ti, eh - le dije susurrándole en la oreja. él me sonrió y le apreté la mano.

Liam desapareció de la habitación y Niall se me acercó.

- ¿Me tendría que poner celoso? - dijo riendo haciendo referencia a que estaba agarrada a Zayn.
- Sí tío, teníamos que decírtelo. Llevamos semanas saliendo, estamos enamorados. - dijo Zayn juntándose más a mí.
- Pues si lleváis semanas juntos me da que te ha puesto los cuernos conmigo, porque hace dos días nos veas que bien lo pasamos...
- ¡Niall! - le di un golpe en el hombro.
- Au, me has hecho daño.
- Te lo merecías.
- Ah bueno, entonces tu te mereces quedarte sin beso.
- ¿Qué beso?
- Este - se acercó y me besó suavemente, justo como sabía que me gustaba.
- Oh Dios, no. Momento parejita. Ahora es cuando yo sobro - oímos a Zayn, haciendo que nos separásemos y nos riésemos - Oye, que me voy a dormir al colchón ¿va? Que es que Louis me ha despertado a las dos para que viniésemos aquí y no me ha dejado dormir.
- DJ Malik y su agradable forma de decir las cosas - dije.
- Señorita mía, - hizo una reverencia - me retiro para echar rienda suelta al sueño.
- Así mejor.

Se tumbó sobre un colchón y en breves se quedó dormido.

- ¿Tienes sueño? - me preguntó Niall. Negué - Tengo una idea.

Me cogió de la mano y salimos de la casa.

- ¿A dónde me llevas? - pregunté.
- Ya verás.

Se quedó un rato de pie en frente de la casa, pensando. Sin esperarlo, comenzó a escalar torpemente un árbol que estaba casi pegado a la pared.

- Ven, sube. - me ordenó desde lo alto. Comencé a trepar yo también.
- Creía recordar que no te gustaba trepar árboles.
- Nunca he dicho eso, pequeño koala - me dio una mano para llegar a donde estaba él - pero es que aquel árbol estaba muy alto y parecía que te ibas a caer.
- Oh, te preocupabas por mí.
- Claro. Si te llega a pasar algo no se lo que haría - porque estábamos en un árbol, que si no me tiraba encima de él a abrazarle y besarle.

Subió hasta otra rama, cercana al techo, y con un ágil movimiento de subió a él. Se movió por él hasta llegar a una zona un poco más plana en vez de tan diagonal, y se sentó.
Yo imité todo lo que había hecho, pero en vez de sentarme al lado suyo, me senté entre sus piernas.

- Lo nuestro es un poco raro. Escribimos nuestros nombres en carretes de películas, trepamos árboles, nos perdemos por The London Dungeon... Cualquiera que lo escuchase nos llamaría locos - dije.
- La locura es el secreto de la vida. 
- ¿Y esa frase? 
- Creo que de Harry Potter, pero no me hagas mucho caso eh... ¡Ey mira! ¡Esas estrellas hacen la forma de una gota de lluvia! 
- Y esa de calcetín.
- Yo diría mas bien de un hombre al que se le ha caído el peluquín.
- ¿Estás oyendo lo que dices?
- Perfectamente.

Y ahí estaba yo, quedándome dormida sobre mi irlandés infantil que apuntaba a las estrellas diciento que tenían formas raras. 
¿Y lo mejor? Que a mi me encantaba.





*NARRA MEGAN*

Harry está a mi lado, abrazándome por la espalda. Estamos en el acuario, en nuestro escondite. De nuevo nos hemos quedado encerrados, pero esta vez aposta, para conmemorar nuestro primer beso.

- Megan...- Harry dice unas palabras de más que no consigo entender. Veo como se levanta y se va con una chica casi igual a mi. Diane alias copia-barata-y-falsa.
- No Harry, no me dejes. Otra vez no.

Más palabras incomprensibles.

- No te vayas. Te necesito. Harry.
- Ey, ey, que estoy aquí.

Sus ojos verdes, sus rizos, su sonrisa, sus hoyuelos, su todo. 
Oh, lo de antes había sido un sueño.
Espera, ¿dónde cojones estoy y por qué hace tanto frío? 
¿Y por qué Harry está al lado mío?

- ¿Pero qué hago aquí? - miré a Harry - Aparta bicho. - le empujé del colchón y cayó al césped  - Mira, como hayas sido tú el gracioso de llevarme hasta aquí te vas a llevar una buena. - río. ¿Pero que tiene de gracioso esto?
- No solo yo, los demás también han colaborado.
- ¿Los demás?
- Sí, estarán desperdigados por la casa.
- ¿Desperdigados? No entiendo.
- A ver, sobre las tres o las cuatro de la mañana llegamos a vuestra casa, despertamos a Lidia vacilándola un poco y después decidimos poneros a Bibi, a Eleanor y a ti en distintos sitios de la casa. Primero te pusimos a ti aquí, y me quedé contigo, y los demás no sé que han hecho.
- ¿Y por qué te has quedado conmigo, si se puede saber?
- Hombre, para seguir con la costumbre de que vieses mi cara al despertarte. - sonrió. ¿Pero este era tonto o quería ganarse una hostia en la cara? Me levanté alterada del colchón y me di la vuelta.
- Me voy a ir con el Mike ese, con el Jake Trevor no sé qué y con el tío de la esquina - dije por lo bajo esperando no ser oída.
- ¿Jake Trevor qué?
- ¿Diane Guarra qué? - le hice burla dándome la vuelta y poniéndome en frente de él con los brazos en jarras.
- Ah, ya entiendo. Estás celosa.
- ¿Celosa yo? ¡Já! Anda chaval, que lo que hagáis tu nueva novia y tú me da igual.
- No es mi novia... - un pequeño ser en mí empezó a dar saltos de alegría - ... aún. - Buah, ya la había vuelto a cagar.
- ¿Pues sabes qué? Que la chica esa me da pena. Porque como a todas, vas a acabar haciéndola daño y olvidándote de ella a las dos semanas.
- Siempre con lo mismo... No te entiendo, siempre con diciendo que me olvide de ti, y cuando lo estoy intentando te pones de mal humor - dijo enfurecido.  
- Eh... - silencio.
- Entiendo... - Más silencio - Megan, ¿por qué me decías eso en sueños? - Oh mierda, hablaba en sueños.
- Pesadillas, muy frecuentes en estas épocas. No las controlo. - me miró profundamente. - Bueno, que sí, adiós Styles. Que te cunda.

Salí del jardín, no quería seguir cerca suyo. Una lágrima cayó discretamente por mi mejilla.
Me dolía lo que me decía. Me dolía lo que le decía. Me dolía estar sin él.

- Megs, buenos días - me dijo un Zayn cariñoso desde el sofá.
- Buenos días guapetón. Me voy a casa, ¿vale? Despídete por mí por fas. Y un día de estos quedamos y me pones al día que no sé de ti. - le di un beso en la mejilla mientras este volvía a cerrar los ojos. Que monada por favor. Si no fuera mi mejor amigos, seguramente estaría loca por él.
- Vale, hasta luego Tarzán.- así me llamaba a veces de broma por que decía que parecía que venía de la jungla.
- Adiós Chita. - sonreí.

Salí de casa y noté como me caía algo en la espalda.
Me giré y vi a esos dos gochos que tanto quería subidos al tejado. 
¿Por qué narices estaban en el tejado?

- Megs & Megs - me dijo Lidia desde lo alto.
- Buenas mañanas para usted - me saludó Niall.
- Hola parejita feliz que vive en un mundo de armonía con ponis, arcoiris y comida por todas partes. - sonrieron.
- ¿A dónde vas?
- A la residencia, que tengo que hacer cosas.
- ¿Quieres que te acompañe?- me preguntó Lidia.
- No, tú quédate que estás muy bien ahí - Niall me sonrió.
- ¿Estarás bien? - me preguntó la chica.
- Claro que sí. Estaré con mi super mega íntimo amigo Jake Trevor.
- ¿Quién?
- Nadie. Bueno, adiós. Que viváis bien.

Me giré y comencé a andar de vuelta a la residencia, mientras dejaba escapar todas las lágrimas que había guardado en silencio hasta ahora.

30.1.13

Capítulo 35


- Buenos días koala.

Otra vez esos ojos, esa sonrisa, ese pelo, ese todo.

- ¿Siempre me vas a despertar así?
- Es la costumbre - me acerqué a él para darle un beso, y me quedé apoyada en él sobre su pecho.
- Es de día. - dije mirando por el ventanal.
- ¿No? ¿En serio? Es lo que tiene el dormir durante toda la noche, que cuando uno se despierta, es de día.
- Oye no me vaciles Horan.
- Ni se me ocurriría Valencia.
- Oye, tiene su morbillo esto de llamarse por los apellidos, me gusta. - rió - Por cierto, ¿qué hora es?
- Las doce.
- ¿Tan tarde?
- Es lo que tiene dormirse tarde - me miró levantando las cejas.
- Horan, me pongo nerviosa con ese tipo de comentarios.
- Me gusta ponerte nerviosa.

Me cogió de la barbilla y se fue acercando hacia mi boca, lentamente, como si quisiese ir saboreando cada milímetro que desaparecía entre nosotros. Su mano pasó a mi pelo y siguió aproximándose, más despacio aún.
Milímetros solo. Podía sentir su respiración. Muy cerca, demasiado cerca como para ir tan despacio.

- Bueno, vamos a vestirnos que a la una y media hemos quedado en Nando's con los demás. - dijo separándose y cortándome todo el rollo.

'Joder Niall, eso no lo hagas que me arruinas el momento' pensé.

- Eres un irlandés muy tonto ¿Sabes?
- Pues tú eres la tonta qu se enamoró de un tonto.
- Uy, ¿quién dice que yo esté enamorada? A lo mejor solo estoy contigo por tu fama.
- Pues entonces te dejo. Ya sabes dónde está la puerta - dijo serio pero sabía que escondía una sonrisa.
- Anda, ¿qué vas a hacer tú sin mí?
- Pues no sé, pero vestirme sí, que vamos a llegar tarde.
- Joe, como mi madre eh... - se rió.

Se levantó de aquella especie de cama hecha por mantas, cojines y más cojines. Se puso unos boxers y entonces reparé en algo. Levanté aquella y especie de colcha y me vi ligera de ropa. Bueno, ligera no. Directamente no llevaba nada.
Me sonrojé al pensar en todo lo que pasó ayer por la noche.
Jope, quien lo diría.
Cuando algunas de mis amigas se reían de mí hace meses porque estaba enchochada perdida con él, y mira ahora. Me lo he tirado y todo. Vámonos. 
Busqué mis prendas, que estaban desperdigadas por ahí y me vestí.
Bajé a la cocina y encontré a Niall haciendo lanzando tortitas al aire mientras bailaba al ritmos de "Accidentally in Love" de Counting Crows.
Qué gracioso estaba, por Dios Como en el videoclip. En calzoncillos, haciendo el desayuno malamente mientras hacía el mongolo.
Carraspeé la garganta para que notase que estaba ahí.

- Come on, come on, move a little closer - dijo super motivado mientras me tendía una mano.

Me acerqué hacia él, ayudándole a cocinar, mientras que por culpa suya, empecé a cantarla y a bailarla también.






*NARRA MEGAN*

Una y treinta y tres.
¿No había llegado nadie aún? Genial, a esperar, como siempre.
Entré en el restaurante y me fui hacia el reservado. Me senté en una esquina y una camarera bajita con coleta se me acercó.

- Hola - saludó alegremente - ¿Quiere algo de beber mientras espera?
- Sí, por favor, un Nestea.
- Ahora mismo se lo traigo.

Mientras esperaba, oí cómo la puerta se abría, y un chico entraba y se dirigía hacia mí.
No, venga, esto era de coña, él no.

- Hola, sonrisas - me dijo sentándose en frente de mí. No contesté - Bueno, ¿desaparezco dos semanas y sólo me saludas con tu silencio? Cada día me sorprendes más, Megan - sonrió.

¿Cómo podía ser así? ¿Cómo podía echarse una novia solo a las dos semanas de casi besarnos? Bueno, y lo que es peor. ¿Cómo es que se ha buscado a otra, igual a mí si sólo lleva en Londres apenas dos días? Va, lógico y tal.

- Buenos días Harry. - contesté secamente.
- En realidad tardes. - le miré con el ceño fruncido - Más de las doce del mediodía  buenas tardes. Menos de las doce del mediodía, buenos días.

Dios, ¿cómo podía ser tan sumamente odioso y a la vez adorable? Mi reacción se basó en un resoplido.

- Mira Harry, no estoy de muy buen humor, ¿te queda claro? 
- Bueno, pero yo creo que no debes pagarlo conmigo. - desencajé la mandíbula. ¿En serio Harry, en serio?
- Tengo mis razones, y ahora, si no te... Gracias - dije a la camarera que acababa de traerme la bebida - Si no te importa, agradecería que estuvieses callado hasta que vengan los demás.
- Uy, ¿no te parece raro decir eso cuando en la discoteca de Madrid me hubieses besado si no llega a ser por la pelea? - ¿pero éste de que iba?
- ¿¡Yo!? ¿Besarte? Venga chaval, soñar es gratis. Pero bueno, qué digo, si me ibas a besar tú.
- No lo niego, te iba a besar, pero tú tampoco hacías nada por apartarte.
- Porque íbamos a poner celoso al camarero, ¿o es que acaso no te acuerdas?
- Claro que me acuerdo, cómo no olvidarlo. Siempre te podré recordar que estuviste a punto de besarme y que yo recuerde por voluntad tuya. Yo no te obligué ni nada.
- Pe...Pe...¡Pero bueno! - grité haciendo que todos los del restaurante me mirasen. Harry se rió. 'Imbécil...' - ¿Que t crees? - dije esta vez susurrando - ¿Que voy a caer tan rápido como lo hice la primera vez? Me da que no.
- Pues menos mal, porque yo tampoco tenía interés en ti.
- Pero si acabas de admitir que me ibas a besar. . me estaba sulfurando, de verdad.
- Que inocente Megan. Lo he dicho para ver tu reacción. Que con cualquier cosa que digo te vuelves loca, y si es algo relacionado con besarse pues aún más. - sonrió.
- Dios, Harry, eres insoportable, te odio. Olvídate de mí, anda.
- Oye, ¿tu no habías dicho algo sobre llevarnos bien, pasar página, y tal? - Me cago en la leche, que alguien le matase por Dios.
- Que te... - iba a saltar encima suyo, a pegarle, lo que sea, me da igual. Pero justo aparecieron Liam y Bibi seguidos de Louis y Eleanor.
- ¡Hola parejita! - dijo Eleanor alegremente.

'Sí, parejita, los cojones'. 
Vi que Harry iba a decir algo pero se calló. Me levanté rápidamente y me lancé sobre Liam, le abracé y le di dos besos en la mejilla, y después a Louis. A Eleanor la estrujé entre mis brazos. 
Madre mía cómo la había echado de menos a ella y a sus cafés del Starbucks que la acompañaban a todos lados.

- Bueno, ¿a mí no me saludas? - oí la voz de Zayn.

Ay Dios, cómo había necesitado estos días el apoyo de mi mejor amigo. 
Me precipité sobre él y le abracé.

- Vaya, parece que alguien me ha echado de menos.
- Es que es muy duro estar varios días sin mi Power Ranger favorito. 

Nos sentamos y a los pocos minutos llegaron Lidia y Niall, más sonrientes de lo normal.

- Un poco tarde, ¿no? - dijo Harry. 

'Y tú llegaste demasiado pronto' pensé mirándole.

- Oye, estos están muy contentos creo yo. - dijo Liam mientras Lidia saludaba alegremente a todos.
- Es lo que tiene un revolcón nocturno... - dijo Louis escondiéndose bajo la carta.
- Ey, señor Tomlinson, que le he oído. - le dijo Lidia a este mientras se sonrojaba.

Vale, definitivamente me habían desflorado a mi amiga.

Pedimos cosas para compartir, salvo Niall y Lidia que se pidieron cosas para ellos solos. Vaya par de gochos, madre mía.
La cena pasó entretenida, porque Louis estuvo haciendo bromas todo el rato, que sino yo entro en cólera. Tenía a Harry delante mío y se dedicaba a mirarme y a sonreía, mirarme y sonreír, para ponerme nerviosa.

De repente a Harry se le cayó un tenedor al suelo. Unos segundos después noté mis empeines mojados. Harry esbozaba una sonrisa
Miré discretamente mis pies para ver que era. Agua.
'Claro, ahora lo entiendo, qué gracioso Styles, muy maduro por tu parte. Oh, me has mojado los pies con agua. Vaya... Que canalla' pensé.
Le fulminé con la mirada y sin que lo notase nadie me deslicé un poco por mi asiento y le pinché a Harry en la pierna con el tenedor.
Este pegó un rebote y un grito ahogado, haciendo que todos le mirasen mientras yo estaba intentando contener la carcajada.

- Lo siento, un escalofrío - dijo este a modo de disculpa mientras me miraba de mala manera.
- Oye Harry, me han dicho que ahora te va lo de las copias falsas y baratas, ¿no? - todos me miraban sin entender, pero yo sabía lo que decía. 
- ¿Qué?
- Ah, me estaré confundiendo. Es que mira  ayer casualmente vi a una chica contigo que me sonó a alguien, no sé, pelo rizado, largo, oscuro, piel morena, ojos oscuros... ¿Te recuerda a alguien? No sé, alguien como yo. - me volvió a fulminar con la mirada. - ¿No? Ah bueno, vale, ya iba a decir que habías caído muy bajo si intentabas buscarte a alguien que me sustituyese que casualmente se pareciese a mi. 
- Megan... - dijo Zayn.
- Zayn... - le nombré sin mirarle. Solo quería saber la reacción de Harry.

Al principio parecía alterado, como si le molestase algo. 
Por favor, ¿molestarle? Era Harry Styles. A él nunca le molesta nada.

- ¿Te refieres a Diane? ¿Guapa verdad? Te la tengo que presentar algún día, a lo mejor os lleváis bien. Quién sabe. - desgraciadamente y sin esperarlo a la que le molestó esta vez fue a mí.
- ¿Alguien quiere postre? - dijo Eleanor, acabando con esa conversación incómoda al igual que hacía siempre.

29.1.13

Capítulo 34


*NARRA MEGAN*

Que dos semanas más eternas. Quería verle, pero no quería. Era algo raro. Le echaba de menos, pero a la vez deseaba que se quedase en... ¿Bélgica? ¿Holanda? No me acuerdo de dónde estaba.
Y es que lo que pasó en España...
Bueno, lo que pasó o lo que casi llega a pasar. Qué irónico suena todo esto.
Cualquiera que lo viese pensaría: 'Vaya loca'. Y la verdad es que no le quito razón. Primero aborrezco a Harry, después le beso pero no quiero nada serio, me doy cuenta de que le quiero, después le odio, me enfado con el, y finalmente le vuelvo a querer. Genial Megan, vas por buen camino.
Y es que solo tenía ganas de verle, abrazarle, besarle, estar con él.
Pero a todo esto, ¿quién es esa Diane amiga de Harry de la que habla todo el mundo en twitter? Como me lo intente quitar...
Me cago en la leche. ¿Por qué he sido tan imbécil dejándole ir? Si en el fondo le creía, pero yo y mi testarudez .. Pues eso. Que la había cagado, pero bien.
Menos mal que hoy le vería, y le diría todo, que quería estar con él, que era mi mundo, y no pensaba dejarle escapar.
Vale, creo que soy bipolar. Debe sentir que le estoy utilizando.

- ¡Lidia, vámonos! - grité desde la puerta de su cuarto.
- ¿Pero por qué tengo que salir? Estaba demasiado cómoda en mi cuarto.
- Pues porque llevas dos semanas encerrada en tu habitación. No sales, no hablas, no ves a nadie, salvo cuando vas al instituto, te pasas las tardes estudiando. Así que hoy, vamos a salir a dar una vuelta.
- Pero...
- Ni peros ni nada. Mira Lidia, echas de menos a los chicos, en especial a Niall, pero le verás en unos días - mentí - Y ya está. El mundo no se va a acabar porque hayas estado distanciada de él trece días.
- En total van a ser quince.
- Me da igual. Y ya sé que hoy hace un mes que empezasteis a salir, pero él no querría verte así, por lo que mueve tu culo, anima esa cara y vente a dar una vuelta conmigo, ¿entendido? - Dios, esta niña me sulfuraba. Por fin abrió la puerta y me miró.
- No me gusta la forma que tienes de convencer a la gente. Es peligroso.
- Pues entonces hazme caso y no recurriré a mis armas. - resopló.
- Oye, ¿dónde está Bibi?
- Eh... - 'improvisa Megan, improvisa' - está devolviendo unas cosas que se compró - mentí. Estaba con Liam desde que llegaron ayer por la noche.

Fuimos andando en dirección a casa de los chicos, según teníamos planeado. Lidia no sabía nada, nis e daba cuenta de nada, estaba metida en sí misma y no prestaba atención al camino por el que íbamos.
La miré. Pobrecita, el echaba mucho de menos. Nunca la había visto tan apagada. Tendría que ir haciéndose la idea si tenía pensado seguir saliendo con Niall, porque este iba a viajar, iba a hacer giras, y Lidia no siempre iría con él.
Pero bueno, mejor no pensarlo.
Estábamos ya casi al lado de sus casas, cuando Lidia, que había levantado la cabeza (por fin) se paró.

- Megan, ¿podemos pasar por otro sitio? Es que cerca están sus casas... Y no me apetece pasar por ahí. - mierda, me iba a arruinar todo.
- ¡Qué dices mujer! Si su casa está en la otra dirección. Pero como aquí todo es casi igual, pues se confunde.
- No Megan, me conozco esta calle perfectamente, esta es la calle de sus casa.
- Ains, que exagerada - tiré de un brazo suyo - vamos a seguir andando. - Y así hicimos, a pesar de que rechistaba.

Por fin llegamos a donde tenía previsto llevarla, y esta vez fui yo la que se paró, provocando que Lidia me mirase y luego girase la cabeza hacia la casa. 
Reaccionó tapándose la boca y abriendo mucho los ojos.
Su cara estaba llena de felicidad, y en ese momento sentí que sobraba.



*NARRA LIDIA*

Otro día más.
Levantarse, desayunar, instituto, comer, dormir, merendar, estudiar, cenar, ducharse, dormir. 
Y así durante dos semanas.
Era increíble el efecto que los chicos tenían sobre mí. 
Si así me comportaba en dos semanas, no quiero ni imaginarme cuando se vayan de gira en febrero durante ocho meses.
'No Lidia, no pienses en eso, que te deprimes'.
Dios, ¿es que como no voy a deprimirme si él se ha convertido en una de las personas más importantes de mi vida? Bueno, a ver, antes también lo era, pero antes lo de los besos, lo de salir juntos y tal era todo imaginación mía.
Ay Dios, me estoy volviendo una obsesionada.
Que horror.
Y cuando Niall me llamaba por skype me decía cosas como: 'Pero Lidia, que nos queda poco, que ya verás como pasa el tiempo rápido, solo dos semanas.'
Sí, los cojones, pero que yo te quiero aquí ahora, conmigo.
Menos mal que se supone que vienen en dos días, como les alarguen la promoción juro que mato a alguien, pero literalmente.
Encima Megan me dice que nos vayamos a dar una vuelta. Claro, como es lo que me apetece ahora...
Pero ha insistido tanto que al final la he dicho que sí por pesada.

Así que aquí estoy, andando por la calle pensando en lo que no debería pensar, mirando mis zapatos, mientras Megan me cuenta las mil y una maneras de por qué no quiere a Harry a su lado. Bueno, repito. De "por qué no quiere a Harry a su lado". Vamos, que me dices que el agua es opaca y me lo creo antes que eso.
Ay por favor, ¿por qué no vuelen juntos de una vez? Aunque he leído en Internet algo de que Harry se empezaba a mandar muchos tweets con una tal Diane, raro quizás, quién sabe.

Oh no. Me paro en la calle. Por aquí esta su casa. Mierda Megan, ¿por qué me has llevado por aquí? Me da cosa pasar por delante, que me recuerda demasiado a él.
Va, hemos llegado al nivel dos de obsesión, y empezamos por el uno de paranoica.

- Megan, ¿podemos pasar por otro sitio? Es que cerca están sus casas... Y no me apetece pasar por ahí. - dije a ver si se pispaba.
- ¡Qué dices mujer! Si su casa está en la otra dirección. Pero como aquí todo es casi igual, pues se confunde. - No me mientas, anda, que he pasado por aquí mil veces.
- No Megan, me conozco esta calle perfectamente, esta es la calle de sus casa.
- Ains, que exagerada - tiré de mi brazo - vamos a seguir andando. - Y por testarudez suya tuve que seguir andando.

Cuando íbamos a pasar por delante de la verja de su casa, veo como Megan se para. ¿Qué pretende?
Miro hacia la casa en la que hace mucho que no dormía, pero algo me sorprende antes.
Me tapo la boca y abro mucho los ojos.
Todo el camino de la entrada está decorado con luces de varios colores, que se disponen en fila, cada fila en el borde del camino. Y al final de esta preciosidad, en dirección a aquella casa que me era tan conocida, está ese rubio irlandés que me volvía loca, vestido con unos vaqueros oscuros y una camisa blanca que le sentaban de miedo. Reconozcámoslo, estaba para toma pan y moja.
Giré la cabeza hacia Megan, para darle las gracias por colaborar en ese plan sorpresa que me habían preparado pero no estaba allí.
'Qué raro' pensé. 
Pero no me demoré mucho en esto, pues eché a correr por aquel camino iluminado hasta llegar a Niall.
Pegué un salto y me agarré a él pasando las piernas por su cintura mientras él me cogía de los muslos. Le miré a esos ojos azules tan bonitos que tenía y le pasé una mano por el pelo.
Iba a acercarme a él a besarle, pero se me adelantó. Aunque finalmente yo seguí aquel beso hasta que nos tuvimos que separar para respirar.

- Parece que mi koala favorito me ha echado de menos - dijo bajándome al suelo.
- ¿Cómo es que no me has dicho que venías antes? - le di un pequeño golpe en el hombro.
- Bueno, supuse que tenía mucho más morbillo lo de la sorpresa. 
- No te lo niego.
- Ven, - me cogió de la mano - Vamos a entrar en casa, que tengo algo preparado para ti.





*NARRA MEGAN*

qué felicidad tenía Lidia en la cara, que mona. La envidiaba en cierta parte. Ojalá alguien me preparase a mí una sorpresa de esas. Pero como que no.
Mi primer novio fue Craig, y el segundo Harry. Asi que como que no pintaba bien lo de la sorpresa.
Me alejé rápidamente de donde estaba Lidia y me dirigí de nuevo hacia la residencia.
Pensé en atajar por el parque ese que tanto me gustaba. 
No se por qué, peor siempre me transmitía una paz especial. Quizá fuese por cómo te acogían los árboles una vez dentro, por el sonido de las aguas del lago, o quién sabe. 
Iba andando, feliz. Por fin vería a Harry. No sé cuando. Tenía que llamarle. Cogí el móvil y le busqué en los contactos. Me acerqué el aparato a la oreja esperando a que lo cogiese.
Pero una melodía sonó cercana. Sí, la melodía de cuando le llamaban. 'Isn't She Lovely' de Stevie Wonder. Reconocería esa canción en cualquier parte. Fue la que cantó en The X Factor.
Giro la cabeza buscando de dónde provenía el sonido.
Y ahí le veo, tan guapo como siempre, con sus rizos despeinados, con sus hoyuelos, sus ojos verdes. Iría corriendo hacia él, pero la presencia de una chica acompañándole me frena.
¿Es mi imaginación o esa chica es una copia barata de mi?
Piel morena, pelo rizado negro y largo, ojos oscuros, nariz pequeña, sencillez a la hora de vestir.
No, ¿no será la Diane esa? 

- ¿Sí? - responde una voz al otro al lado de a línea. Una voz grave pero armoniosa.

No sabía qué contestar, no quería contestar.
Rápidamente colgué y me escondí detrás de un árbol para espiarle.
Él encoge los hombros y guarda su teléfono, y vuelve a dirigirse a la chica copia-barata mía. Y la sonríe, la sonríe como me sonreía a mí.
'Vamos Harry, no me jodas. ¿Has vuelto hace un puto día y ya te ha dado tiempo a buscar a otra, que encima es igual a mí?'
Bueno, igual no. Seguro que es de estas que se ríen por todo y que son unas frescas.
Ay Dios, me cago en la leche.
Pego una patada a una basura que hay en frente.
Pero nada, ni se inmutan. NA. DA.
Es más, Harry abraza a la chica. Pero bueno, ¿este de que va? ¿No se supone que me quería a mí?
¡Joder!
Echo a correr hacia la residencia, pero por otro camino. Este es más largo, peor me da igual. Paso de asar por delante de ellos. ¡Já! A la tipa esa no le voy a conceder ni el honor de mirarme.

Cuando llegó subo a la habitación, ignorando a Fabián y a Victor que me saludan.
'Joder, hora no, chicos, ahora no. ¿No veis que el tío al que quiero está abrazando a otra?' pensé.
Cierro la puerta y abro la ventana, dispuesta a salir. Pero antes me acuerdo de algo y saco al maleta. Abro el bolsillo pequeño de delante y cojo el paquete de cigarros nuevo que guardo ahí, que siempre reservo por si tengo la autoestima por los suelos.
Me dirijo de nuevo a la ventada, cigarros y mechero en manos, y esta vez, no se por qué, decido solo asomarme. Enciendo el primer cigarrillos y me lo llevo rápidamente a la boca. Inhalo el humo, y lo suelto. Así varias veces, hasta que el cigarro se consume.
Vamos a por el segundo.

- Fumar mata, ¿sabes? - Oh Dios, de nuevo ese pesado de en frente.
- Oye tío, deja de acosarme. ¿Por qué siempre te asomas cuando lo hago yo? - sonríe.
- Bueno, se puede interpretar también como que tú siempre te asomas cuando lo estoy haciendo yo. Asi que tu también eres una acosadora.
- Lo siento decepcionarte, pero tengo mejores cosas que hacer que ponerme a acosar a desconocidos.
- Pues yo, perdona que te decepcione, pero no tengo mejores cosas que hacer que acosar a una desconocida - vale, me ha resultado un tanto agradable y me permito esbozar una leve sonrisa mientras pongo los ojos en blanco.
- Ahora que por fin has sonreído  me voy a arriesgar a decirte que me llamo Jake - le miró con el ceño fruncido - Bueno, Jake Trevor Neil Edgar, si quieres mi nombre entero. - otra sonrisa. Silencio - ¿Y tú nombre?
- Uy, chaval, no te hagas ilusiones, pero no soy de estás que le va diciendo el nombre al primero que se me cruza, ¿sabes?
- Ya, bueno, pero nos hemos cruzado unas dos o tres veces.
- No me vas a convencer.
- Entonces te pondré un nombre al azar... Mmmm, ¿qué te parece Megan? - se me desencajó la mandíbula mientras él sonreía. Casualidad, ¿no?
- Eh... Oye, que me tengo que ir. - dije intentando evitar esta extraña situación. Ahora lo de acosador me parecía más real.
- Lástima. Habíamos llegado a un punto interesante de la conversación. Pero si tienes que irte, pues adiós. Un placer.

Cerré la ventana rápido sin despedirme. A saber que más sabía este cobre mí. Que miedo chaval.
Me tumbé en la cama y dejé el paquete de cigarros más el mechero sobre la mesilla. No quería fumar más, es más, no me gustaba fumar Me parecía repulsivo, pero no sé por qué me había dado la vena ahora.
Empecé a recordar la conversación que había tenido con ese extraño chico. Que personaje más raro, ¿verdad?
De repente me di cuenta que durante todo el tiempo que había estado hablando con él, no había pensado en Harry ni una sola vez.






*NARRA LIDIA*

- Niall, no tenías por qué prepararme esto. - me acerqué a la mesa en la que supuestamente íbamos a cenar.
- Tú siéntate y calla, que me vas a ahogar la sorpresa.
- Vale. - obedecí mientras él me separaba la silla esperando a que me sentase para luego volverla a acercar.

De repente desapareció en la cocina, y no volvió hasta dentro de unos minutos, con una gran fuente de cristal en sus manos. En esta fuente había una cantidad enorme de lasaña, con una pinta riquísima.

- No me digas que has cocinado tú. - le pregunté.
- Eh... No exactamente, Harry me ayudo.
- ¿O Harry hizo todo?
- Bueno, él cocinó y yo puse la mesa.
- Me lo imaginaba - le sonreí y me sirvió en el plato la comida.

Nos acabamos toda la lasaña. Madre mía que rica estaba por Dios. Bendito sea Harry y sus artes culinarias.
Después tomamos una ensalada César también riquísima  todo esto acompañado de Champán que cortésmente había traído Niall.
Me contó todo sobre dónde había estado. En Italia, Francia, Alemania, Grecia, Bélgica, Holanda....
Y todo en dos semanas. Que matada.

- Te he traído una cosa - me dijo levantándose.
- Oh no Niall, no hacía...- ya se había ido - falta.

Esperé un tiempo sentada hasta que noté unas manos sobre mi cuello y algo frío sobr él también.
Bajé la cabeza y entonces lo vi. Esta un collar de plata con un pájaro con las alas abiertas y en el centro de este una piedrecita roja que brillaba mucho en forma de corazón. Era precioso. Y también tenía pinta de caro, muy caro.

- No, Niall, no. No puedo aceptarlo - dije mirándole.
- Lidia, lo he comprado para ti, claro que puedes.
- Pero no me gusta que te gastes en mí. Me siento mal.
- Lidia, repito, es tuyo.
- Pero...
- Aunque si quieres lo tiro y habré invertido el dinero para nada. - me miró con el ceño fruncido hasta que desistí.
- Dios, es imposible convencerte de algo.

Me acerqué a él y le abracé, dándole también un largo beso de propina.
Miró a la ventana y se levantó.

- Ya es suficiente de noche - me cogió de la mano - ven conmigo.

Subimos por las escaleras hasta llegar a un cuarto que Niall utilizaba como sala de estar. Abrió otra puerta y otras escaleras en forma de caracol aparecieron ante mí.
Qué grande era esa casa, por Dios.
Subimos hasta llegar a otra puerta y la abrió.
Entramos en una especie de buhardilla con el techo en diagonal. Nunca había estado ahí.
Esta buhardilla, decorada de forma muy elegante, tenía un gran ventanal en el centro. La sala estaba a oscuras, pero aún así se podía ver las cosas que había en ella. 

Al fondo había un sofá y enfrente una tele. Repartidos por ahí había una pequeña estantería, una mesa y una silla, además de algunos pufs.
En el centro de esta peculiar habitación, había una manta sobre la alfombra  y junto a esta había un gran cuenco con fresas con la punta bañada en chocolate.
Oh Dios, fresas con chocolate.
Niall tiró de mí y me llevó hasta la manta, indicando que me tumbase. Me puso un cojín bajo la cabeza y lo mismo hizo con él.
Miré hacia arriba, hacia el ventanal, y vi todo un cielo azul oscuro con muchas estrellas en él, y en una esquina, una gran luna a la mitad de un color blanco amarillento.
Era super bonito.

- Jope, Niall, me encanta tu casa.
- A mi me encantas tú.

Giré la cabeza hacia él. ¿Había algo más perfecto? Junté mi mano con la suya, entrelazando nuestros dedos.

- ¿Quieres fresas? - asentí. 

Cogió el gran cuenco y se apoyó sobre un costado, poniendo la fruta entre nosotros dos.
Empezamos a comernos las una a una.
Era como manjar de dioses. Me encantaba. Comiendo una de las cosas que más me gustaba del mundo con el mejor novio del mundo que era uno de los chicos que más quería en el mundo.
Acabamos las fresas y Niall apartó aquel cuenco de cristal.
Se juntó más a mí y me puso el pelo detrás de la oreja.

- Te he echado mucho de menos, Lidia.
- Y yo a ti.

Me acerqué a él y nos besamos, de una forma super dulce, muy tierna, pero con mucho deseo, diferente a las otras veces. Nos juntamos más y más, hasta que solo nos podía separar la ropa.
Me agarró de la cintura y me puso encima de él, con sus manos en mi espalda. Poco a poco, me fue quitando la camiseta, y eso hice yo con él, mientras le miraba a los ojos, a esos ojos tan azules que reflejaban la luna y las estrellas.
Él esperaba a que le diese permiso, a que aceptase, y así hice. Asentí para dejarle claro que quería hacerlo si era con él. 
Me quitando poco a poco el pantalón, apretándome más a él, mientras nos fundíamos en un largo y agradable beso, embelleciendo aún más la que fue la mejor noche de mi vida.

28.1.13

Capítulo 33


- ¿Qué te pasa? - me preguntó Niall separándose un poco.
- Eh... Nada, estoy bien. - volví a mirar a donde estaba él y Niall siguió la mirada con sus ojos.
- ¿Qué pasa Lidia? - me giré hacia él.
- Nada, en serio.
- Lidia...
- ¡Que no me pasa nada, joder! - bajó la cabeza, abrumado. Me había pasado. Le acaricié la mejilla - Ey, lo siento, ¿va? Pero es que me he rayado un momento. - el asintió y volvió a pegarme a él, juntando su nariz con mi pelo.

No soportaba hacer daño a Niall, era demasiado bueno como para permitírmelo  No se merecía nada malo. No iba a permitir que la noche se arruinase, y mucho menos por culpa del gilipollas de Pablo, que cómo no, había venido con una de sus putitas. ¿Cuál sería esta? ¿Britany Tetasfalsas? ¿Jessi Lafacilona? ¿O Débora Melpotorro?
Buah, qué mas da. Una rubia de bote más artificial que la plastilina. En el fondo me daban pena. Ellas no tenían la culpa de ser tontas.

Abracé más a Niall. ¿Por qué pensar en Pablo teniendo aquí al chico al que más quiero del mundo?
Ridículo, ¿no?
Aunque la verdad es que Pablo seguía ahí, pero como una espina que no sale. Sé que siempre sentiría algo por él, aunque fuese un 0,0001%, pero sería algo. 

La canción lenta acabó y empezó a sonar una más animada. Vi a Megan sola en la barra, y fui a estar con ella un rato, pero en el camino, un chico que iba de espaldas se chocó contra mí y casi pierdo el equilibrio.
Claro, cómo no. Tenía que ser él.

- Ey, perdo... - dijo antes de levantar la cabeza y mirarme - Lidia...
- Hola Pablo - dije sin entusiasmo intentando huir de la situación.
- Pe... Pero... - su cara cambió totalmente y adoptó una faceta enfurecida - ¡Decías que estabas fuera! ¡En Londres! ¡Dios, eres una puta zorra mentirosa! - lo que me faltó para cruzarle la cara.
- Un poco más de respeto, ¿no? ¿O es que los imbéciles nacen sin él por defecto? 

Niall, tu siempre ahí para salvarme de todo.
Pablo me miró, y luego a Niall, para acabar mirándome a mí de nuevo.

- ¿Y quién es este soplapollas, eh Lidia? - dijo Pablo.
- Ese soplapollas es su novio, que te va a partir la cara como no te pires de su vista. - eran de la misma altura, es más, Niall era unos centímetros más alto, pero no quería que le pegase.
- Niall...
- ¿Tú? ¿Tú me vas a hacer algo, so mamón?
- Pablo, vete. - le dije.
- Me iré cuando me de la gana.

Niall hizo amago de acercarse a él para encarársele, pero le paré con una mano.

- No merece la pena, Niall.
- Sí, Niall no merece la pena - dijo burlón Pablo.

Oh Dios, que hostia le iba a meter un día de estos...
Pero apareció una cara que me sonaba familiar., que me cabreó muchísimo.

- Pablo, no te encontraba... - dijo la rubia de bote alias 'Guarra 1' - Anda, Lidia... ¿Qué haces aquí? - me envió una cara de desprecio y luego miró a Niall, al que le guiñó un ojo. Uy, esta no me conoce.
- Mira quien está por aquí. ¿Qué tal... Em... No me acuerdo de tu nombre, tampoco es que me importase. - vi que cerraba los puños - ¿Sigues teniendo esa fama de facilona que tenías cuando me fui? - Niall me cogió de la mano, quería que me calmase.
- Mejor facilona que una estrecha de por vida.
- Uy, orco engendro de Sauron, no sabía yo que lo de ser una puta estaba mejor visto que lo de ser una chica normal.
- Perdona, ¿qué me has llamado? - entrecerró los ojos.
- Un poco de cultura, hija mía, por favor. 

Se quedó callada. Cogí a Niall de la mano, que me miraba serio y nos dimos la vuelta.

- No sé como pudiste salir con ella Pblo, si da pena, mírala con quien ha acabado. Seguro que ella le quiere para lo que quiere - oí que le decía y cómo Pablo se reía.

Me di la vuelta rápidamente, ignorando la mano de Niall que me tiraba.

- ¡Lidia, no! - gritó este.

Demasiado tarde. Yo ya me había lanzado sobre la 'Guarra 1' dispuesta a partila la cara.




*NARRA MEGAN*

Joder, que aburrido. ¿Por qué siempre cuando voy a una discoteca acabo sola pasándolo mal? Esto es preocupante.
Bueno, al menos el camarero era guapo y parecía interesado en mí, por lo que tenía bebidas gratis. Pero que no se ilusionase, que yo no quería nada con él.
Con él exactamente no...

- Bueno, ¿qué hace aquí una preciosidad sola sin darme aún su teléfono? - esa voz. Me giré y Harry se sorprendió - Joder, Megan, creía que no eras tú. No te había reconocido por la trenza.
- Styles, sin ánimo de ofender, tus técnicas para ligar no funcionan mucho. - apoyó sus brazos en la barra.
- Bueno, por ahora no me ha ido mal - me miró y sonrió pícaramente. Sabía por dónde iba. Decidí ignorar el comentario.
- Así que ibas por ahí en busca de un ligue... - me puso triste que ya hubiese pasado página tan rápido, aunque no se si me fastidiaba más que hubiese pasado página antes que yo o que me hubiese olvidado tan rápido.
- Puede. ¿Por qué? ¿Estás celosa? - volvió a sonreír. 'Joder Harry, cierra la boca que me estás volviendo loca' pensé.
- ¿Yo? Venga chaval, deja de soñar. - se rió.
- En realidad estaba aburrido, porque la chica más bonita del mundo no quiere estar conmigo - me miró serio pero al rato su mirada volvió a coger la misma vitalidad de siempre - y entonces vi a una chica de espaldas, con una piel morena que me llamaba mucho la atención, con una trenza que me volvía loco, y con las piernas más bonitas que he visto echadas hacia la derecha.

'Vale, a ver, Megan, contrólate, que ibas bien'.

- Vamos, que si no llego a ser yo, esa chica se convierte en la víctima de Harry número.... ¿Infinito al cuadrado? - sonrió, sí, como lo hacía siempre.
- Dios Megan, siempre eres tan... difícil.
- Y tú tan... Harry. - dije provocando que me volviese a enseñar esos dientes tan perfectos que tenía. Silencio.
- Oye, el camarero no te quita ojo de encima.
- Ya... Es guapo...
- Pero... no como yo, ¿verdad? 
- Sí, definitivamente sigues siendo muy tú. - me miró a los ojos.
- ¿Hacemos que se ponga celoso el tipo ese? - me dijo cambiando de tema. Le miré dubitativa. 'Venga, Megan, libérate un poco...'
- Vale, anda, solo por esta vez.

Harry sonrió y me pasó un brazo por los hombros, haciendo que me estremeciese bajo la atenta (y seria) mirada del camarero. Harry y yo nos reíamos por lo bajo.
Me apretó más hacia él, de forma que podía oler su aroma. Centímetro nos separaban. Entonces levanté la cabeza y le miré. Bajó su punto de mira hacia mi boca, y yo me mordí el labio, provocando que Harry se alterase. A la mierda el camarero, a la mierda pasar página. Nos fuimos acercando, poco a poco, hasta estar casi rozándonos...
Pero el barullo de la gente nos interrumpió. 
Rápidamente nos separamos y asomamos la cabeza entre en el corro que se había formado. La música estaba muy alta, y no se oía mucho la verdad, pero parecía que alguien gritaba.

- ¡Lidia! - grité mientras intentaba colarme en el centro del corro.

¿Pero qué narices hacia esta pegando a una chica rubia? 
Lidia estaba sujeta por Niall y por Liam, mientras que a la ora chica sólo le sujetaba un chico que no reconocí. Ambas lanzaban sus brazos al aire, aunque Lidia con más compás, más ordenados, como si supiese del tema. Ya decía yo que esa niña tenía un león dentro.

La rubia, que tenía pinta de fresquilla, se soltó del chico y se acercó a Lidia y la soltó una bofetada que solo le rozó el labio, gracias a Bea, ya que esta consiguió apartarla un poco.
La tacada entró en cólera, y como si fuese un puma saltó sobre la chica. Yo ya no pude ver exactamente que era lo que la hacía Lidia, pero se oían quejidos por parte de la otra. Niall agarró a Lidia fuertemente y la levantó por los aires alejándola de la pelea. Vi como el chico que antes sujetaba a la rubia ayudaba a esta a levantarse y le limpiaba la sangre de la nariz.

- ¿Pero qué coño haces Lidia? - le dijo este. Niall y Lidia se dieron la vuelta sincronizadamente. El chico miró al irlandés - Tío, no sabes donde te estás metiendo. Al menos te dejará tirártela  porque si no yo no sé como aguantas...

A Niall se le hinchó una vena, apretó lo puños y se dirigió hacia el chico. Le dio tal puñetazo en la cara que por la rabia y el cabreo que llevaba debí suponer que aquel tío era el famoso Pablo, y la chica era la guarra por la que había dejado a Lidia.
Ahora entendía todo. No me extraña que la hubiese pegado, yo también lo hubiese hecho. 
Niall se llevó a Lidia al baño, y todos fuimos con ella.





*NARRA LIDIA*

Dios, esa puta había sacado lo peor de mí. Pero al menos se había llevado una buena. Espero que se le hayan bajado los humos. 
Y después, cuando Niall ha pegado a Pablo... Nunca me había sentido tan orgullosa de él. ¿Qué haría yo sin mi irlandés?
Niall me empujó al baño, seguido de todos los demás, que se entraron y se fueron dispersando por el servicio. Niall me sentó en el lavabo y cogió un trozo de papel, que lo mojó con agua y lo puso en mi labio inferior, que por el sabor supuse que estaba sangrando.
Estaba serio, no hablaba, y parecía enfadado.
Mis amigas se me acercaron.

- Dios, Lidia, no sabes cuántas ganas tenía de que la pegases, en serio - dijo Gabri.
- Ya tío, es insoportable. - dijo Cris.
- ¿Pero habéis visto cómo ha saltado sobre ella? ¡Cómo un tigre! Uooh, ha sido increíble - comentó María, provocando que me riese y de esta forma que se me abriese un poco la herida del labio, volviendo a sangrar y haciendo que Niall volviese a poner el papel mojado ahí.
- Estás hecha toda una camorrista, eh Lidia - dijo Louis.
- ¿Nos podéis dejar un momento solos? - preguntó Niall con el semblante serio.

Todos asintieron como asustados. Niall enfadado no era algo que todo el mundo quisiese presenciar. En cuanto todos hubieron salido del baño Niall se colocó en frente mío con los brazos en jarras.

- ¿Por qué, Lidia? ¿Por qué?- silencio. Bajé la cabeza.
- Permito que esa zorra me llame lo que quiera. Pero cosas que te abarquen a ti no. Eso si que no.
- ¡Pero te podría haber pasado algo! 
- Pero no ha pasado, ¿verdad? 
- Estás sangrando.
- Bah, ¿qué es un poco de sangre comparada con toda la que tengo en el cuerpo?
- No tienes remedio.
- Tú tampoco, que te recuerdo que tú también has pegado.
- Ya, pero él se lo merecía.
- ¿Y la guarra esa no?
- Mmm... Vale, sí, se lo merecía. - se acercó más a mi - Has estado muy valiente esta noche. Nunca creí que te podrías poner así.
- Soy un arma de matar - dije intentando parecer misteriosa.
- Ahora siento miedo. No quiero pensar qué me podrías hacer si te enfadas conmigo.
- Pues no me hagas enfadar - le pasé los brazos por el cuello.
- Mmm, ya veremos - se pegó a mí, dándome un dulce y corto beso en la boca.
- Au... - susurré pues me escocía el corte en el labio. El sonrió.
- ¿Sabes qué? - pegó un boca a mi oreja - quería que nuestra última noche fuese especial... - Uy, un nosequé recorrió toda mi espina dorsal. 

'Oh Dios, Niall James Horan, no juegues conmigo'.

- Puede seguir siéndola. - Niall frunció el ceño, y me bajó del lavabo. Al poner un pie sobre el suelo me tambaleé. Vale, tenía razón. Esa no era la noche idónea para deshacerme de mi amiga Virginia. - Venga, vámonos al hotel y descansa. Llamaré a Paul.

Salimos del baño y nos despedimos de todos los demás. Le dije a mis amigas española y a sus novios que mañana viniesen al aeropuerto para despedirnos mejor.
Niall me cogió de la mano, después de pasar por el ropero, y cuando salimos a la calle, nuestro coche ya estaba esperándonos.
Había algunas personas en la puerta haciendo fotos, se habrían enterado de que estábamos aquí.
Yo bajé la cabeza por si Niall no quería que se nos viese mucho, pero para mi sorpresa, él me cogió de la cintura y me dio un beso en la mejilla, haciendo que me ruborizase.
Nos subimos en el auto y en unos pocos minutos ya estábamos en el hotel.
Subimos a nuestra habitación, los dos de la mano. Me encantaba estar así.
Entramos en el cuarto y cogí mi pijama, entré en el baño y me cambié. Me miré en el espejo y me lavé la cara.
Vaya noche.
Cogí el cepillo de dientes y empecé a lavármelos. Niall llamó a la puerta y le abrí. También cogió su cepillo y empezó a cepillarse los dientes. 
Nos mirábamos y nos reíamos, y a punto estuve de echar todo lo que tenía en la boca. 
Madre mía que panorama.
Después de enjuagarme y todo me fui hacia la cama y me metí en ella, con Niall a mí lado.

- Niall...
- ¿Sí, koala violento? - no pude evitar reírme.
- ¿Me haces la cucharita? - él sonrió y me pasó un brazo por debajo de mi cabeza y el otro por encima de mi cintura, haciendo que quedase arropada por su cuerpo, y así nos quedamos hasta que caí profundamente dormida.



- Buenos días koala - me dijo en cuanto abrí los ojos.
- Me encanta que me llames así.
- Es que no me dejas otra - explicó - mira como estás tumbada.

Como todas las mañanas que dormía con él, me despertaba agarrada a su cuerpo, abrazándole, y esta vez no iba a ser una excepción.

- ¿Qué hora es?
- Las dos de la tarde.
- ¿Las dos? - asintió. - ¡Pero si mi avión sale en solo cuatro horas! ¿Por qué no me ha despertado?
- Es que estabas muy mona así dormida.
- Uf, como pierda el avión por tu culpa no se que te hago... - él se rió.

Empecé a hacer la maleta, a pesar de que lo primero que quería hacer era comer. Por Dios, que hambre.
Una hora después ya teníamos todo recogido. Bajamos al comedor y allí tomamos algo. Estuvimos un rato con los demás y a las cuatro y media dos coches nos esperaban para llevarnos al aeropuerto.
No me quería ir. Bueno, no es que no me quisiese ir, quería volver a Londres, pero no quería separarme de Niall ni de los demás. Si en un día ya los echaba de menos, imaginad dos semanas.
Mi mente deseaba que hubiese alguna complicación con el vuelo, que tuviese que salir despegar mañana o algo así.

- Ey, Lidia - me distrajo Liam - son solo dos semanas, ¿vale? - que poderío tenía para tranquilizar a las personas - Se pasarán rápido, ya verás.

Yo asentí y volví a centrar mi mirada en la ventanilla.
Llegamos al aeropuerto y todos fuimos hacia donde estaban las puertas de embarque, ya que ellos también cogían un vuelo, pero hacia Italia. Antes de esto me despedí cariñosamente de mis amigos de Madrid. Cómo las echaría de menos. Ojalá se pudiesen venir conmigo.
Dios, ¿por qué no podía saltarme estas dos semanas de clase e irme con ellos?
Exámenes. Que horror. No sólo les echaría de menos, si no que tendría que ponerme a estudiar como una cerda. Genial. Bueno, al menos así me entretendría un rato. 
Sin darme cuenta, el tiempos e me pasó volando, y una voz nos llamó a los pasajeros del vuelo que iba a Londres.
No, no, no. No quería levantarme, pero Niall tiró de mí.

- Vamos, Lidia. Nos veremos en cuanto menos te lo esperes. - le sonreí tristemente y nos dimos un beso de despedida, pero que no era un adiós.

Abracé a todos los demás, deseando que alguno no me soltase, pero Megan tiraba de mí y a su vez yo tiraba de Bibi que no se quería separar de Liam. 
Y Eleanor, ¿qué iba a hacer sin ella estos días? Que suerte tenía. Ella iba con ellos y les acompañaba. Yo en cambio instituto forever.

Subimos al avión y despegó. Decidí quedarme dormida, olvidándome un poco de todo. Sin esperarlo, ya estábamos aterrizando en Inglaterra.