29.12.12

Capítulo 2


A lo tonto y a lo loco ya era martes 28. Me di la vuelta para echar un último vistazo a mi cuarto, vacío. Parecía mucho más grande sin los posters, con los armarios sin ropa. las estanterías sin libros, etc. Me pregunto como sería mi nuevo cuarto, el de la residencia. Siempre había tenido una cierta manía a dormir en camas que no fuesen la mía, pero me iría acostumbrando. Cogí mi móvil que estaba cargándose sobre la mesa y desenchufe el cargador, que metí en la bolsa de mano. Exhalé un último suspiro y me di la vuelta. Caminé por el pasillo hasta llegar al recibidor.


- ¿Estás lista? - me preguntó mi padre poniéndome una mano en el hombro. Asentí. - Pues entonces vamos, que mamá, Carmen y Luis te están esperando en el coche con las maletas.

- ¿Y María?
- La recogemos en la puerta del garaje exactamente en tres minutos.

María era una de mis mejores amigas y también mi vecina, por lo que al volver todos los días del colegio junto a ella, habíamos cogido mucha confianza. De las demás, me había despedido ayer por la tarde entre sollozos y abrazos. Todas me deseaban un buen vuelo y yo las prometí traerlas algo a todas, que eran ocho. Nerea, Gabriela y Bea, quiénes también compartían un gran amor por One Direction, me dijeron que si encontraba a alguno del grupo que las llamase corriendo.


Ahora, martes por la mañana, ya las echaba de menos. Subí al coche y Carmen y Luis me miraron con una cara especialmente alegre. Demasiado, lo que me inquietaba.


- No quiero que hagáis nada en mi cuarto cuando no esté eeh. - ante esto, se miraron y se rieron.

- Toma anda - me dieron una caja rectangular del tamaño de un miniportátil.
- ¿Qué es eto? - dije asombrada.
- Ábrelo - dijo Luis.

Abrí la caja y me encontré un iPad 4. Mi cara de felicidad era épica.

- ¿Pe...Pero cómo me hacéis esto? Sino hacía falta, ya tengo mi ordenador, además os tendréis que haber gastado mucho dinero. - respiré más tranquila- Gracias.
- Creímos que te vendría bien uno para Londres, algo que tener a mano y fácil de llevar. Y no te preocupes por el dinero, mucha gente a contribuido. - explicó mi madre.
- ¿Cómo que mucha gente?
- Tus amigas han puesto la mayor parte del dinero, y se han ocupado de configurarlo y de llenarlo de música y fotos.

Me quedé con la boca abierta, cogí la bb y abrí el grupo de Whatsapp que tenía con mis amigas

*Lidia: sois unas guarras*
*Elena: te ha gustado ¿no?*
*Cris: os dije que era una buena idea*
*Lidia: ¿Qué si me ha gustad? Me ha encantado. Millones de gracias*

Recogimos a María en la puerta del garaje, y cuando se subió al coche le planté un abrazo enorme. Ella me lo devolvió. Algo raro pues ella nunca abrazaba.

El trayecto al aeropuerto surgió tranquilo. Nadie hablaba, pero mis padres se miraban con una cara un poco de tristeza. Me echarán de menos. Yo a ellos también. Estaba nerviosa, era la primera vez que iba a montar en avión sola, y la primera vez que iba a estar tanto tiempo lejos de casa. 
Llegamos justo cuarenta y cinco minutos antes de que partiese el avión. Pero yo ya tenía que continuar el camino por mi cuenta.
Mis padres me abrazaron muy fuerte, me besaron, me dijeron que si llevaba todo, me volvieron a abrazar, mi madre lloraba, yo la tranquilizaba etc. Mis hermanos también se despidieron cálidamente. Y María me abrazó de una forma descomunal, perecía que se me iban a saltar los ojos.

- Te echaré muchísimo de menos, no sé que voy a hacer sin tí un año entero. A ver con quién vuelvo yo a casa ahora. Quiero que todos los días o casi todos me cuentes por Whastapp que tal y me llames por Skype.

- Sí, sí. Yo también te echaré muchísimo de menos. Pero mira el lado bueno, a lo mejor me encuentro a Niall Horan.
- Que pesada con ese chico. No sé por qué te gusta tanto. - dijo riéndose.

Le di un último abrazó y cogí mis tres maletas como pude, más la bolsa de mano. Mi padre me ayudó un poco y nos dirigimos hacía la puerta en la que tenía que pasar las cosas metálicas por una especie de túnel. Pasé esto y me giré para ver a mi familia y a María. Les dije adiós con la mano y me dirigí a donde estaba la puerta de embarque.


CINCO HORAS DESPÚES


No me lo podía creer. Ya estaba en Londres. A partir de aquí empezaba mi nueva vida. La vedad es que el viaje se me había pasado demasiado rápido, pues me dediqué a dormir y escuchar música. Salí del aeropuerto y llamé a mis padres. Les dije lo típico: que ya estaba aquí, que el vuelo sin problemas, que ya tenía las maletas, que no faltaba nada, etc. A mis amigas las informé por igual por chat. Cogí una fotocopia que guardaba en el bolso y la leí. Esta me indicaba cómo llegar ala residencia. Decía la dirección exacta por si cogíamos un taxi, pero recomendaba coger el autobús pues no te dejaba tan cerca como el taxi pero era mucho más barato. Por lo que me fui a la parada del bus, que llegó en pocos minutos.


- ¿Turista? - me dijo el conductor en inglés.

- Eh... sí. - Era increíble. Estaba hablando inglés, con un conductor inglés, en un autobús inglés. 
- ¿vas a la residencia Hampton? - asentí. - Perfecto, pues siéntate cerca y te indicaré cuando bajar.
- Gracias.

Como dijo, el conductor me señaló la parada en la que tenía que bajar. Salí del autobús como pude con los cuatro bultos y cogí el mapa de Londres. Según este, tenía que andar todo recto y en la tercera calle girar a la derecha y después la primera a la izquierda. Seguí estas indicaciones, pero la verdad es que estaba muy perdida y no sabía a dónde ir. Me senté en la maleta mas grande, color azul eléctrico y suspiré. Prefería calmarme un poco y luego seguir buscando el edificio, antes de que metiese la pata. De repente en la acera de enfrente vi a una persona que me miraba, pero no sonreía. Giró la cabeza y siguió andando. Una persona con una mata de pelo rubia ligeramente elevada, y unos ojos azul cielo.


Cogí rápidamente el móvil mientras escribía alucinada en el WA.

*Lidia: Es imposible. Le he visto*
*Nerea: a quien?*
*Paula: a quién has visto????*
*Lidia: Niall Horan*

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